martes, 22 de mayo de 2007

El Doctor Marín



Mucho he tardado en colocar en mi Blog al Doctor Marín, pero es que no tenía ninguna foto suya y ha sido la gentileza de Carlos la que ha hecho posible que todos vosotros lo podáis conocer. Llegué a Madrid fracasado, arruinado, con la vergüenza en mi mochila, con el único interés de mis superiores de ser controlado, como si la frustracción que tenía se debiera a mi mala gestión pastoral. No fue fácil mi vida en Madrid, en dos ocasiones me reuní en Atocha con mis padres para decirles que lo dejaba todo y me volvía con ellos, aunque estaba seguro de lo que sentía dentro, pero no aguantaba tanta humillación. Las palabras de mi Padre las guardo en mi mente como un legado. Pero curiosidades de la vida, desde el primer momento que aterricé en la Corte este hombre, el Doctor Marín, me lo tenía el Destino preparado para comerme las penas con algo más que un buen chorizo y como un padre, un sabio, un caballero, me ha enseñado muchas cosas de mi vida. Con su cariño no solo no salí de la depresión y superé el descalabro de mi anterior destino, sino que me ayudó a valorar y enriquecer mi vocación, a abrirme en este mundo pseudointelectual en el que estoy metido y en el que disfruto como un enano. Como dice la Biblia, el es un padre para mi y yo quisiera ser un hijo para él. Y sin ningún trauma psicológico me hubiera gustado ser el hijo que nunca tuvo porque para mí, el Doctor Marín, es el padre que me hubiera gustado tener.

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