martes, 29 de marzo de 2011

El Viaje de mi Vida.

Llegamos a la Basílica de Santa Ana donde se venera el nacimiento de la Virgen. Es una iglesia atendida por los Padres Blancos. En su interior hay un bello recuerdo a San Joaquín y a Santa Ana, padres de la Virgen María. En el protoevangelio apócrifo de Santiago se sitúa en este lugar el nacimiento de la Virgen dada su cercanía del Templo.


Al lado podemos ver los restos arqueológicos de la Piscina Probática, lugar que nos recuerda la curación del Paralítico, aquel que llevaba más de treinta años enfermo y que el Señor, al ser curado, le dice que tome su camilla y eche a andar.



El Viaje de mi Vida.




Pisamos Jerusalén. Es emocionate, aunque sea desde el autobús, ver y rodear la muralla de la Ciudad Santa. La oración de la mañana suscitan muchos pasajes bíblicos y las vistas muestran una tierra y unas gentes que parecen que sacados de las cristológicas películas que se nos agolpan en la mente. Solo faltaban los soldados romanos, pero los controles policiales judios te hacen ponerte en situación. Calles estrechas, situaciones límites, personas de otra época, un continuo olor a especie y un sol fuerte son algunas de las percecciones que uno tiene nada más entrar a la Ciudad de Jerusalén.

Jerusalén. Su nombre ya dice muchas cosas. Pisar la Ciudad Santa es una suerte incalculable.

El Viaje de mi Vida.


La Luna de Belén.

El Viaje de mi Vida.




Estas imágenes de continuidad muestran uno de los controles policiales a los que se ve sometida la población palestina de Belén para entrar y salir de la ciudad. Largas colas, inspecciones minuciosas y, como te rías, que es mi caso, la cara de mala leche que te pone el policía que es un jovencísimo muchacho te puede hacer llorar en un instante. Mejor olvidar esos momentos. Pero esta es la situación a la que se enfrentan los belenistas para ir o volver a casa.

El Viaje de mi Vida.

Interesante sala. El Santa Santorum de la tienda. La Sala de los Iconos. Preciosa. Por eso hice tantas fotos y desde todos los rincones posibles. Mejor mirarlos de frente, si le das la vuelta a cualquier icono es difícil que te lleves uno: son carísimos.



viernes, 25 de marzo de 2011

El Viaje de mi Vida

Sección de bisutería y joyería.

Sección de cerámica.
¡ ... Jerusalén está ... !
Nuestra subida a Jerusalén parece ficticia. En verdad, por aprovechar el tiempo y dado que ya han cerrado los lugares de culto, nos disponemos a ir a Belén, a una fábrica de cristianos palestinos donde podremos comprar algunos recuerdos para compartir y repartir una vez en España. La tienda es muy grande, una galería inmensa donde trabajan muchos hombres y cuyos precios son muy económicos. Aquí no se regatea, el precio está marcado y si lo comparamos con las diversas tiendas que hemos visto y que veremos, la diferencia es notable. Pero el regateo merece un capítulo aparte.

Sección de madera

El Viaje de mi Vida.


Subimos a Jerusalén. Es impresionante ver las tiendas de los pastores en el desierto. Desde Jericó a Jerusalén el terreno es amarillo, sin vida, pedregoso y si no fuera por estos personajes que nos retrotraen al pasado podríamos decir que es una tierra sin esperanza. Conforme nos acercamos a la Capital de las Tres Religiones el tráfico se complica pero la paciencia se hace grande pues disfruta con la visión que se va engrandeciendo conforme estamos más cerca. ¡Qué alegría cuando me dijeron, ...!

lunes, 21 de marzo de 2011

No deja de ser curioso el coche que a las puertas del Colegio donde hemos celebrado la misa un padre con su hijo nos vende unos riquísimos dátiles a un precio ridículo. Creo que todos hicimos fotos al vehículo como si fuera una obra de arte. Y funcionaba, de eso doy razón de fe.

El Viaje de mi Vida.





Jericó.
Era domingo, el día del Señor, con mas necesidad queríamos celebrar la Eucaristía. Pero algo pasó. Samar no tenía bien la dirección y nos presentamos en un complejo ortodoxo donde la iglesia estaba cerrada y en la vivienda, por más que llamábamos, nadie respondía. El guía tuvo que hacer un par de llamadas. Nos habíamos precipitado y en el primer edificio religiosos desembarcamos. Pero nuestra capilla estaba reservada en el Colegio Franciscano que rigen unas religiosas a las afueras de Jericó.
Una misa bonita, entrañable, pero algo rara al tener que meternos en un Colegio para celebrar el día del Señor un domingo.




Según las explicaciones de nuestro guía, si miramos hacia el frente, puede verse el Monasterio griego ortodoxo de la Cuarentena colgado en el acantilado del monte Qarantal. Es como un nido de rapaces. Fue difícil verlo ya que la intensidad del sol impedía verlo bien. Como veis, no éramos los únicos que en este lugar recordábamos los cuarenta días de Jesús en el desierto.
Sin comentarios.



Sicomoro.
La higuera de Zaqueo.

Sicomoro de tiempos de Jesús. Es un árbol de la familia de las higueras. El sicomro se hizo famoso gracias a Zaqueo que, como era bajo de estatura se subió a uno de ellos para ver a Jesús. Su sorpresa fue grande al comprobar que Jesús había recapacitado en él. Su historia viene relatada en el evangelio de Lucas en el capítulo 19.




martes, 15 de marzo de 2011

El Viaje de mi Vida.



Jericó.
Impresionante Hotel Continental *****



El Viaje de mi Vida.




Para describir este oasís hay que recordar que venimos de visitar y bañarnos en el Mar Muerto en un día otoñalmente caluroso. Que hemos atravesado en desierto de Judea en dirección hacia Jericó. Pues bien, a las puertas de la ciudad de Zaqueo, del Ciego, del Desierto y sus Tentaciones, se ha levantado este impresionante Hotel Continental de cinco estellas. Las imágenes muestran la belleza interior del edificio y el riquísimo buffet que tomamos.


El Viaje de mi Vida.



QUMRÁN
Tras dejar el Mar Muerto nos pusimos en marcha hacia Jericó. Antes hicimos una parada para contemplar, sin bajarnos del autobús, las famosas ruinas de Qumrán, que se hayan en una pequeña meseta de materiales de aluvión, por el desierto de Judea. Son las ruinas de un antiguo monasterio donde fueron encontradas fortuitamente a mediados del siglo XX unas vasijas que contenían manuscritos bíblicos.


viernes, 11 de marzo de 2011

El Viaje de mi Vida.

El Mar Muerto.


Es en el Mar Muerto donde he visto cómo ha prosperado Israel. Hace diecisiete años cuando nos acercamos al Mar Muerto, el que quiso bañarse, experimentar cómo los cuerpos flotan, para cambiarnos y ponernos el bañador lo hicimos detrás del autobús. Hoy puedes encontrar vestuarios vestirte tranquilamente. Hoy puedes encontrar duchas para quitarte el barro y el salitre. Hoy puedes tomarte un refresco o hacer unas compras. No falta restaurante donde poder reponerse de la fatigosa jornada en el Mar Muerto.

No deja de ser curioso este fenómeno de la naturaleza. Estas aguas saladas y amargas son un reflejo de cómo este rincón del mundo no tiene vida y de cómo los judíos, desde su inteligencia, sepan sacarle partido.
Este joven peregrino es una muestra del color que adquieren los cuerpos con el barro. Tuvimos suerte. El tiempo era favorable. El sol espléndido. Y las ganas de disfrutar en esas horas eran muy grandes. No dejábamos de comparar. Hacía unas horas mojábamos nuestras cabezas con el agua fresca y viva del Jordán. Ahora era nuestro cuerpo desnudo el que se mojaba en aguas muertas.

Como os podéis imaginar, la seguridad del lugar estaba garantizada. Aunque impone ver a estos jóvenes con metralleta cerca de ti.