viernes, 25 de junio de 2010

Don Cesar Serrano Ruiz

Me comunican mis padres que Don Cesar ha muerto. Don Cesar, como diría Mitch Albom, era mi viejo profesor con el que me juntaba los veranos en mi pueblo. No todos los veranos iba, ni todos los días. Sus hijas solían acercarlo a Quero los primeros días de agosto, los días de la Feria. A pesar de sus años, su presencia y personalidad se notaba. Por los visto, me dicen que se ha caído, rompiéndose la cadera y no ha superado la operación. A esas edades, si no es una cosa puede ser otra la que ponga de manifiesto lo débil que es el organismo humano. Ves envejecer a tus padres. Ves envejecer a tu gente. Ves envejecer a tus profesores. Y en todos los casos, la vejez te hace sabio, y solo rejuvenece el espíritu.
Por ahí anda metida una carta que le dirigí en tiempo de navidad en la que, además de felicitarle el tiempo, brindaba por sus años. Presumía de sus noventas y coqueteaba con ellos. En sus versos y palabras escritas ponía de manifiesto que estaba enamorado de la vida, y de esa vida que le había dado tanto. Sobre todo el amor de su mujer, Doña Cristina. Creo que vivía y escribía todavía por esa fe que compartió con la que fue su compañera de viaje, con la que habrá inaugurado este crucero infinito que nos muestra el umbral del más allá.

Es preciosa la novela de Mitch Albom, Martes con mi viejo profesor. Una novela biográfica que muestra una relación de amistad, amor y fe. Algunas tardes del pasado verano pude compartir, lo que se dice en mi pueblo con la expresión "tomar el fresco" unos momentos agradables de conversación con Don Cesar, mi viejo profesor. Me habló de su vida, me confesó inquietudes, pero, lo que más me gustó fue que me mostró sus escritos. Tanto me gustaron que sugerí, y sugiero, que alguien debería de publicar. Con las sillas en la calle, con papeles escritos y con muchas palabras es muy agradable tomar el fresco. Tanto me gustaron aquellos encuentros que había pensado, de una forma sencilla, como tomando el fresco y tratando de amistad, juntarnos algunos viejos alumnos y hacerle un pequeño homenaje. En la vida, la mayor sabiduría es la que reconoce con humildad a los que nos enseñaron a orientarnos por la vida. Un homenaje lleno de agradecimiento por lo que nos enseñó, nos mostró y nos transmitió.


Terminaba la carta que dirigí a Don Cesar con la esperanza puesta en este verano, en el fresco de la puerta de su casa, en las palabras e intenciones que entonces había, y que no eran otras que celebrar sus noventas años de vida y su sabia retenida. Hoy la silla, más que de verano se ha vuelto otoñal, y las palabras se tornan en silencios llenos de alborotados recuerdos, pero siempre bañados por una bondadosa sonrisa.

Ha muerto Don Cesar, nuestro viejo profesor de eterna sonrisa. Un hombre culto, sabio, inteligente, pero alegre.
"No sabéis la vida que me dais cuando me llamáis por mi nombre, cuando me paráis por la calle o con educación decís buenos días, Don Cesar. Este viejo profesor y pobre hombre, con noventa años, que son muchos, solo quiere, y le pide a la vida, un poquito de amor."
Descanse en paz.


jueves, 24 de junio de 2010

Dramática noche de san Juan.

Las mejores noches de San Juan las pasé en Murcia, en Santa Catalina, bañándome a media noche. Desde que pasó aquella estupenda etapa de estudiante, las noches de San Juan han sido un vivir, pero revivir aquellos baños nocturnos. Esta noche no ha sido distinta.
Con el recuerdo en el pasado me lancé a la calle buscando hogueras donde matar mis malos espíritus y quemar toda la mierda que llevo acumulada últimamente que, además de oler mal, me pesa mucho en la conciencia. Me bajé al Henares, pero la belleza del río me pedía fuego. Me hubiera mojado un poco pero este río, sus aguas, me dan un poco asco. Y uno, además, es cobarde para meterse en el río.

Bello estaba también el cielo, con luna casi llena. Pero faltaba el fuego. Mi sorpresa fue que, mientras subía hacia casa, en el Barrio de La Merced encontré una pequeña hoguera de vecinos. Allí paré. Allí me quedé hasta que la hoguera se consumía del todo. Mirando fijamente quise quemar todo mi interior que me molesta, que me incomoda, que me molesta, que me impide ser mejor persona. Pasadas las doce de la noche me encontraba mejor. La magia de la noche de San Juan había funcionado.



Pero no quiero dejar de solidarizarme con las familias de los jóvenes y no tan jóvenes que en Castelldefels lloran en el día de San Juan por las pérdida, heridas y susto de esta triste noticia que ha conmocionado a España. Ha sido una dramática noche de San Juan.








martes, 22 de junio de 2010

Jorge MAQUEDA

Tendría que empezar gritando:¡¡¡TODOS CON LA ROJA!!! Pues de la Roja se trata. Lo que ocurre es que esta vez no es de fútbol, sino de Balonmano. El pasado viernes, en la bendición de los nuevos locales del Obispado en Guadalajara, el Sr. Alcalde, el Sr. Román, tuvo a bien darme una entrada para presenciar el partido de Balonmano en el que jugaban la selección española frente a la lusa. Era la forma solemne de inaugurar el nuevo Pabellón Multiusos de Guadalajara. Tras una buena siesta hacia las laderas del Alamín, hacia la otra Guadalajara, como yo llamo a esos barrios, me encaminé.

Uno que no es deportista se puso en contacto con el hermano mas cercano al móvil a esas horas para que le explicara, más o menos, y con pocas palabras, qué era eso que iba a presenciar, y que de fútbol no se trataba. Y así lo hizo, con la advertencia de que me podría encontrar a Maqueda. El tal Maqueda es un joven quereño que no he visto crecer y cuyo cuerpo y fuerza me recuerdan a su padre y abuelo. Sé que andaba por los caminos del deporte entre los cielos catalanes, su simpatía y educación no había desaparecido cuando en el pueblo me encontraba con él.

Entro en el Pabellón con una idea periodística, haciendo fotos a diestro y siniestro, con tal de mostrar a los que frecuentan mi Blog los avances arquitectónicos de esta tranquila ciudad, cuando veo en medio de la pista entrenar a las dos selecciones, y entre los rojos a Maqueda. Al instante diviso una bandera española, con letras gruesas corridas esta escrito la palabra QUERO. Qué emoción. De verdad, de verdad. Que emoción. Sin querer iba vestido para la ocasión, y discreto, discreto, no creo que fuera, con un pantalón de chandal rojo y una camiseta amarilla, parecía un chico deportista, un forofo más de la roja y de su selección. Pero poco a poco me fui emocionando.

Me uní al grupo de quereños que se habían acercado a Guadalajara para la ocasión; sus padres, su abuela, algunos familiares y amigos. En estas ocasiones uno echa de menos a las autoridades, pero siempre es mejor estar entre familia. Su padre me transmitió el nerviosismo. Todo el mundo sabe en mi pueblo que no me gusta el deporte, que no soy riverilla. Por eso el padre, preocupado por mi, no le faltó pregunta sobre si estaba bien, si me estaba gustando el partido, y más detalles para que no me faltara identidad quereña. Si el balón iba hacia Portugal los saltos paterno me llevaban hacia el país vecino. Si el balón venía hacia la portería patria, el padre me llevaba hacia ella. Pasión de padre, forofo de una nueva Selección, nervioso con la roja, especialmente con la que llevaba marcado el número 5, la de su hijo Jorge.


Con la máquina de fotos me perdí el primer gol que metió, que fue de los primeros en la primer parte. Ya en la segunda creo que marcó el gol número 17 y al poco volvió a marcar. Qué fuerza que tiene el chaval. Con ese cuerpo que tiene de Hercules da unos saltos y unas manotás que no quisiera mi rostro recibir ese tipo de impulsos. Tiene cuerpo. Tiene fuerza. Tiene juventud. A Jorge Maqueda se le presenta un brillante futuro si sabe someterse a la disciplina presente que auguran de él una promesa del balonmano español. Hay quien en cierto momento del encuentro, cuando suena el "A por ella ..." hay quien entona eso de "soy español, español, español,.." pero con sabor quereño, "soy de Quero, de Quero, de Quero", como marcando orgullo de llevar la roja, estar en la selección y haber nacido en un pueblo pequeño de la Mancha donde pueden nacer quijotes como Jorge Maqueda.

Felicidades, chaval.



domingo, 20 de junio de 2010

MAQUEDA en Guadalajara.