domingo, 27 de diciembre de 2009

¡¡¡¡¡ Feliz 2010 !!!!!


¡¡ Feliz Año Nuevo !!
¡¡ Feliz 2010 !!

sábado, 26 de diciembre de 2009

Una iglesia vacía.

No me gustaría saber que este es el final al cual nos encaminamos, pero la imagen que me dejó la pasada Misa del Gallo es terrorífica, por lo menos para mí. Dos comunidades religiosas preparando durante cuatro semanas, a lo largo de todo el tiempo del Adviento, el acontecimiento cumbre de la liturgia de estos días. Unas monjas que derrochan sus voces, que sacan lo mejor que tienen, que crean el mejor espectáculo posible. Unos frailes entrados en edad y achaques, pero que no se quedan atrás en el reto. Algo falló. La iglesia del Carmen estaba vacía. Nunca me había pasado, nunca lo había visto, nunca lo había escuchado. Una iglesia vacía.
Habían adelantado la hora, de las doce a las once de la noche. Y ese cambio, en Nochebuena es grave, pues las familias, entorno a la cena, el tiempo pasa y no te enteras. Más que estamos entre dos parroquias que están a dos pasos, demasiado cerca. Y no sé qué más buscar para justificar que la iglesia del Carmen, con la puerta abierta y la calefacción dada, no tuvo a ningún feligrés. Por favor, que esto no sea el futuro. No lo creo, pues en mi inspección nocturna, y con gran envidia, vi estas dos parroquias rebosar de cristianos alcarreños entregados a los cantos con los corazones ofrecidos a ese Niño Dios que llegaba en una húmeda noche.
A pesar de la soledad, Dios también nació en la iglesia del Carmen. Había escrito en mis tarjetas navideñas que Dios viene en la soledad de la noche.
Y así vino, por lo menos para mí.
Feliz Navidad.

jueves, 24 de diciembre de 2009

¡¡¡ Oh, Capitán, mi Capitán !!!


¡¡¡ Oh, Capitán,
mi Capitán !!!
Muchas gracias, Chic@s.
Muchas gracias.
Feliz Navidad

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Crisis, what crisis.


Vivimos tiempos difíciles. La llamada crisis a todos nos afecta, a todos, y a todos nos deja bastante indiferentes. Siempre hay algún espabilado que sabe sacar agua entre las únicas piedras del desierto, pero lo normal es que muchos padezcamos sed mientras cruzamos la cálida arena que desorienta nuestros sentidos y nos puede hacer palidecer ante cualquier intuición.
Si miro mi agenda de familiares, amigos y conocidos, cada vez son más los que poco a poco van perdiendo su trabajo, incluso aquellos que auguraban su futuro como un tesoro asegurado. Nadie se mueve no sea que sea peor, tan solo mirar, observar, espiar al vecino para ver cómo le va en su negocio. Incluso los que confiaban en la suerte de la lotería han dormido malamente esta noche, su bienestar está perdido. A todos nos afecta la crisis, a todos.
No soy ejemplo que pueda mostrar esta perspectiva perdida pues los mejores rastreadores ven luz después del túnel. Pero algo de crisis sí que vivo y siento. Hasta hace unos meses mis ingresos eran comparables a los de un profesor de Religión, de lo cual estaba muy orgulloso mi sobrino. Ser profesor “pone”, decía un amigo. Y tenía que ser verdad. En alguna ocasión he pillado a mi sobrino presumiendo que su tío era profesor en La Puebla de Montalbán. La verdad es que eso no tiene precio. Estar en los ojos de la admiración de un crío es un prestigio que no se puede comprar. Pero desde hace unos meses mi nómina ha pasado de ser la de un profesor a la de un capellán. “Y eso ¿qué es?”, pregunta mi sobrino; como si en su infinita imaginación esa nueva palabra engrosara una nueva titulación académica y económica. Pobrecito, como le digo que soy el cura de un colegio, que ya no doy clases, sino misas, y que mi nuevo jornal ha decaído tanto que no tengo ni para cafés. Tanto me quiere mi sobrino que en su incomprensión busca justificar mis palabras, pues para él yo soy más importante que cualquier titulación y valgo más que cualquier nómina.
Rodearnos de familia, de amigos, de las personas que nos quieren, es la mejor manera de superar una crisis, aunque esta enfermedad dure varios años. El corazón es para siempre. Feliz crisis.

martes, 22 de diciembre de 2009

Cuento de Navidad.




Hace unos días, Abel, un amigo, técnico de sonido de la emisora COPE Guadalajara, mientras grabábamos el espacio de Recomendaciones para el fin de semana, me habló de unos Cuentos para Navidad. Era un CD que contenía doce relatos de diversas historias con unas bellas moralejas para reflexionar en estos días. No sé cómo estarían grabados. Abel no pudo hacerme una copia y me dejó el CD para escucharlo en casa. Pero reconozco que malamente pude oírlos en mi habitación. El caso es que hubo uno que se escuchó perfectamente.

Era el relato de un estudiante de enfermería que contaba como una profesora en el examen del segundo semestre le había puesto una pregunta un poco extraña. La última pregunta del examen les preguntaba cómo se llamaba la señora de la limpieza. El estudiante dice que no le dio importancia, pero que un compañero preguntó en voz alta a la profesora si la pregunta que hacía referencia a la señora de la limpieza puntuaba nota. A lo que la profesora respondió que sé. Es más, les dijo que ellos, por los estudios que estaban realizando se encontrarían con muchas personas y que todas ellas deberían de ser importantes en sus vidas, aunque solo intercambien un hola, adiós o gracias. El estudiante dice que esa lección no se le olvidó en la vida, como el nombre de Elena, la señora de la limpieza.

En mi caso, la chica de la limpieza se llama Mónica, y muchas mañana coincido con ella en la puerta del Colegio Marista. Cada uno a su trabajo.

Me río. Hace unos años, y no en un examen, pregunté en un trabajo cómo se llamaban las señoras de la limpieza que había en mi colegio. Nunca pensé que acabaría tan mal la historia. Como estaba en un pueblo, y todo el mundo se conoce me, pensé que la ignorancia llamaría a las puertas de la curiosidad y, entre unos y otros, todo el mundo sabría cómo se llamaban las señoras que limpiaban el colegio. En una comunidad docente todos los que trabajan juntos han de ser iguales en dignidad. Hubo de todo, la mayoría respondió bien. Pero también los hubo que respondieron al tuntún y quien no entregó el trabajo.

Me río, porque estos cuentos, estas historias, envueltas en dulces músicas navideñas, nos ablandan el corazón y parece que de sus enseñanzas proponemos ser mejores en estos fríos días. Pero a mí, aquella pregunta me amargó la existencia por una temporada, la semana santa en concreto, porque tuve que suspender.

Hoy, este cuento de navidad me trae el maltrago de aquella semana santa, de aquella evaluación, el trabajo que nunca se entregó por los brazos cruzados de la pasividad, los nervios alterados de quien no debía. Pero también me trae el recuerdo de aquellas mujeres sencillas que limpiaban mi colegio. Ellas, sus vidas, sus historias, como cuento de navidad y moraleja llena de sabiduría, se merecen el respeto y el cariño de todos los que nos hemos beneficiado de su trabajo. Gracias.

lunes, 21 de diciembre de 2009

4º vela del Adviento. Un milagro. Alegría.

Hemos encendido la cuarta vela del Adviento. Si bien su luz me la dieron las monjas concepcionistas de Torrelaguna cuando el pasado miércoles fui a darles el retiro, cuando ese bello pueblo estaba cubierto de nieve. Tengo que confesar que la alegría de esta vela me la ha transmitido esa señora que al entrar en nuestro templo en Guadalajara, nada más verme gritó con alegría su buena noticia:
“Padre, padre, que ya estoy mejor; que la Virgencita ha hecho un milagro conmigo”.
Confieso que esa alegría, mezclada de agradecimiento, de reverencia, de humildad, me puso la piel de gallina, pues son muchos los que vienen a los pies de Nuestra Señora del Olvido, Triunfo y Misericordia a pedir algo. La cuarta vela, la cuarta luz, que anuncia que el Hijo de Dios está muy cerca y coloca a María como ejemplo de espera, oración y servicio, ilumine a los peregrinos que vienen al Carmen en busca de una señal y derrame su amor a esas pobres monjas ancianas que en el frío pueblo de Torrelaguna también aguardan la llegada del Señor.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Cielos, lloved vuestra justicia.

¡CIELOS,
LLOVED
VUESTRA JUSTICIA!

¡Cielos, lloved vuestra justicia!
¡Abrete, tierra!
¡Haz germinar al Salvador!
Oh Señor, Pastor de la casa de Israel,
que conduces a tu pueblo,
ven a rescatarnos por el poder de tu brazo.
Ven pronto, Señor.
¡Ven, Salvador!
Oh Sabiduría, salida de la boca del Padre,
anunciada por profetas,
ven a enseñarnos el camino de la salvación.
Ven pronto, Señor.
¡Ven, Salvador!
Hijo de David,
estandarte de los pueblos y los reyes,
a quien clama el mundo entero,ven a libertarnos,
Señor, no tardes ya.Ven pronto, Señor.
¡Ven, Salvador!
Llave de David y Cetro de la casa de Israel,
tú que reinas sobre el mundo,
ven a libertar a los que en tinieblas te esperan.
Ven pronto, Señor.
¡Ven, Salvador!
Oh Sol naciente,
esplendor de la luz eterna
y sol de justicia,
ven a iluminar a los que yacen de sombras de muerte.
Ven pronto, Señor.
¡Ven, Salvador!
Rey de las naciones y Piedra angular de la Iglesia,
tú que unes a los pueblos,
ven a libertar a los hombres que has creado.
Ven pronto, Señor.
¡Ven, Salvador!
Oh Emmanuel, nuestro rey,
salvador de las naciones,
esperanza de los pueblos,
ven a libertarnos,
Señor, no tardes ya.
Ven pronto, Señor.
¡Ven, Salvador!

martes, 15 de diciembre de 2009

3º Vela del Adviento. Un Hospital con esperanza.

La tercera vela del Adviento se la pondría a esa niña de la cual hago referencia en el último Buenos días, aquella que miraba el árbol de Navidad de Callao y comprobaba que era demasiado grande. Pero creo que la tengo que compartir la luz de la tercera vela del Adviento con la experiencia del Hospital que tengo. Hay un fraile ingresado en él. Me llama la atención que el camino para ir es de subida y para volver, lógicamente, es de bajada.
En estos días de ambiente navideño uno puede ver cómo la decoración ambiental y festiva solo ocupa una parte de la gran avenida en la que se encuentran dos calles, superada la primera uno entra en tristeza ante la falta de luz y color; como si para llegar al Hospital uno tuviera otro tipo de esperanza menos brillante y colorida, pero sí más realista y afectiva. Menos mal que el personal del Hospital no carece de sensibilidad y, en sus tiempos libres, por no decir muertos que aquí sonaría muy mal, han extendido por las plantas un poco de sensibilidad navideña.
Son los enfermos los que necesitan alegría. Son los enfermos los que necesitan esperanza. Son los enfermos los que necesitan buenas noticias que hagan de sus vidas motivo de salud, bienestar y felicidad. Por ellos, por esos médicos, esas enfermeras, esos auxiliares, esos hombres y mujeres que trabajan en los Hospitales y tratan con sus sonrisas y sus manos hacer la vida más agradable a los que escasamente tienen vida, los que se merecen que la luz de la tercera vela de la Corona del Adviento, la luz de la alegría, la luz gaudete, brise en su interior para iluminar a sus pacientes que buscan en ellos el Adviento de una buena esperanza.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Un beso. 2º vela del Adviento.

Si hay algo que ha llamado mi atención estos días ha sido el beso de una niña a su padre cuando se despedía de él en la puerta de un colegio. "Sabes, papá, que te quiero mucho". A lo que respondió el padre, Lo sé. Yo también te quiero".
Estuve a punto de llorar de la emoción que sentí al contemplar esa bella imagen y escuchar tan tiernas palabras.
Pensando un poco, y sobre todo en este tiempo de Adviento, que bonito sería, cuando abrimos las ventanas de nuestra habitación y miramos hacia el cielo por la mañana, tras despertarnos del sueño, y decir, "Sabes, Papá. Sabes, Buen Dios, que te quiero mucho". Y la brisa de la mañana, el susurro del aire y el coro de los gorriones de la plaza del Carmen que digan, "Lo sé. Yo también te quiero.


Que la luz de la segunda vela del Adviento nos llene de amor y esperanza.


viernes, 11 de diciembre de 2009

Quisiera tener un cuerpo como el de Christiano Ronaldo.



Quisiera tener un cuerpo como el de Christiano Ronaldo para que me dejen en paz. Sí, para que me dejen en paz. Uno ya no tiene la belleza de los veinte años, ni la cabeza de los veinte años, ni el cuerpo de los veinte años. Y por qué narices parece que siempre que presento el carné de identidad me exigen el rostro de aquellos años.
Este chico parece que lo tiene todo, y lo tiene todo: es guapo, tiene buen cuerpo, parece resultón y divertido, se dedica a lo que le gusta y gana mucho dinero. Me gustaría parecerme a este chico, pero no. Me gustaría seguir siendo quien soy, y seguir sintiendo el paso de los días y los años en mi vida.
Hace unos días fui a visitar a un grupo de amigas que ya tienen edad. Me sentí tan mal con su recibimiento que me dieron ganas de salir corriendo, y si bien me invitaron a comer mejor me hubiera sabido un bocadillo en el Retiro. No sé con qué ojos me miraron pero me afearon de narices: que estaba muy gordo, que estaba muy grande, que estaba muy mayor. Y uno manteniendo el tipo. Creo que, gracias que conté hasta diez, hasta quince, hasta veinte, que si no ... Como si ellas no tuvieran que callar, más viejas, más alcahuetas, más rancias.
Quisiera tener otro cuerpo que el que se me va formando, pero no sé qué hacer. Pagar un gym no me parece lo más correcto, conforme andan los tiempos. Correr no puedo, tengo muy mal los meniscos de ambas rodillas. Andar creo que ando, y mucho. Trato de beber mucha agua, de comer con prudencia sin quedarme con hambre. Si veo un circuito de ejercicios en mis paseos no los ignoro. Pero veo que no, que no adelgazo, que no pierdo kilos. Pero sigo andando, sigo bebiendo agua, sigo haciendo mis ejercicios; no desespero porque todo esto me hace sentirme bien.
Eso sí, creo que no volveré a ver a mis amigas. Bastante tengo con mi cuerpo como para que me lo cacareen más. Eso sí, volveré a ver aquellos que me miren a lo ojos, a los que vean algo más que un físico en mi, a aquellos que se preocupen por mi felicidad y mi salud. Esos sí que son amigos. Lo demás sombran.
Y no sé por qué he puesto el ejemplo de Christiano Ronaldo, porque en verdad su cuerpo no me gusta, ni me dice nada, su cuerpo me parece hambriento y ni siquiera lo considero guapo. Pero ha sido el primero que me ha venido a la cabeza, el primero que he encontrado en Internet, y el que mejor viene a pelo en esta reflexión. Desde aquí le pido disculpas si se siente ofendido por utilizar su nombre y su imagen. Pero el chico me comprenderá.
Quisiera tener mi cuerpo con menos tripa, mejores rodillas, unos riñones nuevos, un pecho como Dios manda. Pero no, este es mi cuerpo y con él tengo que vivir y disfrutar de la vida, mi vida. Que rabia me da cuando alguien me la amarga.
Quisiera tener un cuerpo como el de Christiano Ronaldo aunque solo fuese para que me dejen en paz.


jueves, 10 de diciembre de 2009

Carta a los Artistas.


Queridos artistas, quisiera dirigir también yo, como ya lo hizo mi predecesor, un cordial, amigable y apasionado llamamiento. Sois los custodios de la belleza, tenéis, gracias a vuestro talento, la posibilidad de hablar al corazón de la humanidad, de tocar la sensibilidad individual y colectiva, de suscitar sueños y esperanzas, de ampliar los horizontes del conocimiento y del compromiso humano. ¡Agradeced los dones recibidos y sed plenamente conscientes de la gran responsabilidad de comunicar la belleza, de comunicar la belleza a través de la belleza! ¡Sed también, a través de vuestro arte, anunciadores y testigos de esperanza para la humanidad¡ ¡Y no tengáis miedo de relacionaros con la fuente primera y última de la belleza, de dialogar con los creyentes, con quien, como vosotros, se siente peregrino en el mundo y en la historia hacia la Belleza infinita!
La fe no quita nada a vuestro genio, a vuestra arte, es más, los exalta y los nutre, los anima a atravesar el umbral y a contemplar con ojos fascinados y conmovidos la meta última y definitiva, el sol sin crepúsculo que ilumina y hace bello el presente. San Agustín, cantor enamorado de la belleza, reflexionando sobre el destino último del hombre y como comentando ante litteram la escena del Juicio que tenéis hoy ante vuestros ojos, escribía: "Gozaremos, entonces de una visión, hermanos, nunca contemplada por los ojos, ni oída por los oídos, nunca imaginada por la fantasía: una visión que supera todas las bellezas terrenas, la del oro, la de la plata, la de los bosques y de los campos, la del mar y del cielo, la del sol y la luna, la de las estrellas y los ángeles; la razón es ésta: es la fuente de cualquier otra belleza"
Os deseo a todos vosotros, queridos artistas que llevéis en vuestros ojos, en vuestras manos, en vuestro corazón ésta visión, para que os dé alegría e inspire siempre vuestras bellas obras. Mientras os bendigo de corazón, os saludo, como lo hizo Pablo VI, con una palabra: ¡Hasta pronto!

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Museo de la Palabra. Iº Certamen Literario.

“Hace días que llueve a cántaros. Y la gata se comió el último grillo que nos mantenía despiertos"

Mª de la Soledad Uranga.
Ganadora
Iº Certamen Literario
Museo de la Palabra.
QUERO-Toledo
7.000€

sábado, 5 de diciembre de 2009

Aminetu Haidar, signo del Adviento. Primera vela, la azul.



Buscando signos del Adviento podría decir que esta sencilla mujer, Aminetur Haidar, se ha convertido en mi primera vela del Adviento. En ella, y por ella, he encendido la vela azul, como queriendo reivindicar la justicia, tan gritada por los profetas en el desierto y cuya repercusión rebrota en las grandes urbes. Ella, pobre, sencilla, pero constante, tiene en jaque a dos gobiernos y muchos la miran como peligrosa, su acción puede ser imitada en cualquier terminal y, sin ánimo de protagonismo, con voz silenciosa, gritar los derechos fundamentales de cualquier hombre o mujer. Su huelga de hambre ha movido a otras voluntades a la solidaridad contra la violación de los Derechos Humanos y ha traido hacia sí a escritores, políticos, cineastas, etc.
Aminetur no está sola, a ese mundillo de la cultura que gusta de las pancartas y pegatinas y, ante una cámara gritan, bailan y reivindican lo que el guión del espectáculo exija. Pero hay detrás de Aminetur, y a su lado, otras mujeres como ella, que son las que le dan fuerza, aquellas que han sufrido las injusticias de unos gobiernos autoritarios que violan derechos a la fuerza.
Aminetur Haidar se ha convertido con su voz callada, con su silencio sonoro, con su huelga de hambre, en una profeta en el aeropuerto de Lanzarote, y, como si en un desierto se tratase, su palabra hace eco en todos los medios de comunicación, prensa, televisión, radio e Internet. Porque Aminetur Haidar está preparando verdaderos caminos de justicia.