viernes, 31 de octubre de 2008

HALLOWEEN



Seguramente que ese niño hoy ha dormido tranquilamente en su cama y todavía sigue pensando que no ha ido al colegio por ser la fiesta de Halloween. Es curioso ver cómo, cuando interesa, una fiesta, un acontecimiento, una fecha, un detalle, se explota y se va adentrando en la sociedad. A mi no me gusta esta fiesta americanada; no me gusta su origen desestructurado y macabro, y no me gusta el interés comercial y mercantilista que tiene en nuestros días.
Quién dice mañana, día de Todos los Santos, y pasado, día de Todos los Difuntos, que son fiestas en los que la muerte nos hace reflexionar para vivir mejor. Necesitaría la inspiración de Randy Pausch para poder dar esta lección a mis alumnos. Creo que hoy los chavales están tan americanizados, tan descristianizados, y tan sin na que sería tarea inútil.
Dicen que son modas. Pero para modas las nuestras. Veneramos la muerte con la esperanza de una vida mejor. Creemos que la muerte no es el final, que está la resurrección. Compartimos con nuestros seres queridos difuntos una oración, una vela y una flor. El que es menos religioso se va de setas o de castañas. Y para ropa, la nueva que estrenamos esta temporada.
Dejémonos de americanadas, que los yanquis sueñen con un país mejor y nosotros potenciemos lo que es nuestro.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Déjate llevar





No esperaba ver la película. Sí, otra vez hablaré de cine. Pero el sábado, cuando me preparaba para salir de casa vi en la televisión, haciendo zapping, un diálogo muy interesante en una película. La escena mostraba una sala de espera en un colegio donde un joven ataviado con ropa deportiva, tres o cuatro números superior a su cuerpo, hablaba con un señor trajeado que mostraba su cortesía abriendo las puertas a las mujeres que pasaban. El joven le dice que si se ha vestido así para ir a un funeral. El caballero le responde que sí, al funeral de los buenos modales.
Hace unos meses estuve en un tanatorio para acompañar a un amigo en el duro trance de despedir a un conocido y me llamó muchísimo la atención la ropa de los jóvenes, pues parecía que estaba en la puerta de un gimnasio al ver los atuendos que algunos llevaban en el velatorio. El diálogo de la película me evocó aquellas escenas y abrió la curiosidad. Puse a grabar la película.
Hablando de cine con unos amigos, una amiga mostró su rabia por no poder ver terminar una película que hacía unos días proyectaron en televisión. Me hice el interesado y le pregunté por ella, que película era, qué le hacía tan especial, por qué se interesaba por ella. Tan positiva y enriquecedora fue su respuesta que esa misma noche vi lo que había grabado. Y de verdad, no está mal.
Es la película, Déjate llevar, en la que Antonio Banderas, el protagonista, da vida a Pierre Dulaine, un profesor de bailes de salón que está convencido que la música y el baile son instrumentos educativos para los alumnos conflictivos de un instituto de Nueva York. Primero la Directora del Centro, luego los propios alumnos comenzaran a verle y a escucharle con escepticismo, pero la música, que amansa fieras y seduce maldades, hará que estos chicos aprendan con el baile orgullo, respeto y honor. Como el profesor de El Club de los Poetas Muertos, Dulaine les hará crecer en autoestima y en confiar en ellos mismos.
Con una sonrisa muy grande hoy le he dejado a mi amiga la grabación para que termine de ver esta bonita película y he visto por el pueblo carteles que anuncian clases de salón. ¿Me apunto?

Haz deporte




Hoy estoy contento de mi caminata diaria por el Paseo del Colesterol. Es lo que me dice todos los días mi horóscopo: haga deporte. Y yo me echo a la calle. Una hora, cuatro vueltas, un disco entero en el mp3.
Estoy contento porque no he estado solo, a pesar del frío y la humedad, el paseo estaba muy concurrido;
los de siempre a la misma hora, los que sacan al perro a que les dé el aire,
los abuelos y sus corrillos,
las abuelas y sus quejas,
los que calientan piernas corriendo para entrar en la rutina del gimnasio,
los que corren por correr,
las amigas que quedan para hablar andando,
los que pasan por casualidad cruzando calles,
incluso marroquíes, rumanos y sudamericanos hacen suya la calle para el deporte.
Para darle más importancia al paseo, esta tarde contábamos con la presencia del Concejal de Deportes que ha sudado corriendo por el Paseo del Colesterol. Tengo que convencerle para hacer por el pueblo un circuito colacao, como el que vi en Benidorm que nunca estaban las máquinas paradas, como el que hay en el Retiro y en otros parques para que se haga ejercicio al aire libre, especialmente las personas mayores.
Hay que potenciar el deporte. Porque potenciando el deporte disminuimos otros vicios.
Haz deporte.


martes, 28 de octubre de 2008

The women



Creo que todavía no me he recuperado del rollo de película al que fui invitado ayer. Tal vez Ustedes, y me estoy refiriendo al mis lectoras femeninas, puedan encontrarle algún sentido a la película. Un servidor, después de haber aguantado los 114 minutos de proyección sin rechistar estaba deseando salir a la calle y, con mis amigos masculinos, hablar de fútbol, de la crisis, de las elecciones americanas, de lo mal que está el gobierno, de lo que sea. En todo el film no aparece ni un hombre.
Perdón. Que mal educado soy.
Me estoy refiriendo a The women, película de Diane English, un remake de la película que hizo George Cukor en 1939 con el mismo nombre. Por las críticas que he leído en Internet merece la pena ver la versión primera. Es de esas películas que si lo sé me quedo en la barra de un bar tomando un café o leyendo un libro en las escaleras del cine.
No espero que se planteen hacer una versión masculina, The men, haciendo una guerra de géneros, sino que los guionistas de Hollywood preparen mejores argumentos.

lunes, 27 de octubre de 2008

Un verano en la Provenza





Este fin de semana he disfrutado viendo Un verano en la Provenza. Más que la película, más que el argumento, más que las relaciones entre los protagonistas, lo que más me ha gustado ha sido la naturaleza que se muestra.
Antoine es un joven que huyó del seno familiar por incompatibilidad de carácter con su padre. Hace unos días ha sufrido un ataque al corazón y su madre se atreve a pedirle que regrese a casa para hacerse cargo del negocio familiar, una tienda y una furgoneta con la que reparte alimentos por diversos pueblos de la comarca de la Provenza. En sus recorrido diarios por estas tierras, Antoine retomará la vida perdida, conocerá ha sus pocos habitantes, testarudos, tacaños, divertidos, huraños, vividores y tiñosos, y será un reencuentro con la familia, la infancia, la vida misma y el amor.
Pero lo mejor de la película, como te he dicho, es la belleza del paisaje que generosamente nos regala la cámara cuando sigue el recorrido que Antoine hace cada día.; montañas, ríos, valles, pueblos, gente. Si te gusta el queso francés no te la pierdas.

Buenos días, nos dé Dios


Buenos días, Amigos.

Hace unos días, me comentaba un amigo que por qué no terminaba con otro estilo mi saludo matutino en los correos electrónicos, con un buenos días, con un adiós, un hasta mañana, chao, o cualquier otra fórmula de despedida; que eso de buenos días nos dé Dios es muy de curas y de iglesia. Y razón no le falta.
En La Puebla de Montalbán, donde me gustaría dejar, como buen profesional, un trabajo sólido y responsable, anclado en los tres pilares de la vida espiritual, osea, la fe en los valores fundamentales, la esperanza de que juntos podemos hacer, no sólo soñar, un mundo mejor, y la caridad como prenda de revolución de esta civilización tan consumista. Cuando salgo por las tardes mi hora de paseo y me encuentro con abuelos que al saludo mío me responden vaya Usted con Dios”. La frase que me hace pensar pues, muchas veces, cuando voy por el Paseo del Colesterol es para desahogar la mente; unas veces por los chicos, otras por los frailes, otras por otras cosas, la mente centrifuga y parece estallar. Estas personas mayores son como ángeles que me tranquilizan y me hacen caer en la cuenta de aquello que dijo Teresa de Ávila, nada te turbe, nada te espante, quien a Dios tiene nada le falta. Si le quito el nos dé Dios a mi saludo matutino es como quitar la intención plena de que tu día, vuestro día, nuestro día, no sea un deseo o aspiración a ser felices hoy.
Buenos días nos dé Dios.

domingo, 26 de octubre de 2008

Jesús Galeote; un fraile, un médico, un misionero.








En estos días en los que el ambiente otoñal hacía memoria de las misiones, especialmente en el domingo dedicado al DOMUND, muchos de vosotros me habéis hablado de esos frailes que conocéis, que pasaron por La Puebla de Montalbán como estudiantes o como profesores y de las muchas anécdotas que tenéis guardadas con ellos. ¿Qué tendrá La Puebla que entre sus muros del convento se reflexiona sobre la misión?


Unos me habláis de Enrique Báscones, otros del Padre Jesús otros de Luis Rodríguez y, otra, como María Vivar, que recuerda como Jesús Galeote, siendo un niño, un buen estudiante, un magnífico estudiante, pasaba a la cocina en busca de la Eusebia y le decía que tenía mucha hambre.

Conocí a Jesús Galeote en Ávila, el 12 de septiembre de 1982, día en el que ingresé en la Casa de Acogida que los franciscanos tenemos en la Plaza de San Antonio. Él fue el encargado de recogerme. Miro hacia atrás y me parece recordar una película de postguerra. Mis padres no me podían acompañar el día señalado. Había salido de Quero unos días antes, quedándome en Leganés con el fin de que mis tías me acompañarían a la antigua estación de Atocha que enlazaba con el norte de España el día del ingreso. Con dos maletas, cajas y bolsas, cargado como un burro, llegué a Ávila con una fuerza que no era mía. Yo esperaba que llegara un fraile mayor, calvo, gordo, con hábito de mangas remangadas a recogerme. Por más que miraba en la sala de espera allí no había nadie con esas pintas. Llegó un hombre joven, atractivo, con ropa de safari, con una enorme sonrisa, como salido de una telenovela, que me preguntó si yo era Goyo.

Desde aquel día, Galeote, ha sido un modelo para mí: modelo de fraile, modelo de estudiante, modelo de cómo ver el mundo. Mientras yo y mis compañeros nos presentábamos con el boletín del Bachiller o de FP con suspensos, él, que estudiaba Medicina en la Facultad de Salamanca, era el número uno de su promoción por las notas que sacaba. Cuando nos escapábamos del convento, que nos escapábamos con frecuencia, teníamos que tener cuidado porque él siempre estaba estudiando. Es verdad que las homilías que pronunciaba no las entendíamos; cargadas de doctrina social, nuestra mente adolescente no llegaba a tanto. Pero Chuchi Galeote era mucho en Ávila, por lo menos me lo parecía a mí.

Terminada la carrera de Medicina pidió a los superiores ser enviado a tierras misioneras. Ha estado mucho tiempo en los campos de Bolivia ejerciendo como médico, como fraile y como investigador del lenguaje autóctono. Hoy está por Tailandia, seguro que haciendo de sus cosas, de lo que sabe y tanto quiere, amar al ser humano sin distinción de raza, sexo o religión; hoy por ti, mañana por vosotros, pasado por ellos. Jesús Galeote es un hombre feliz. Fray Jesús Galeote es un fraile feliz. Don Jesús Galeote es un médico feliz. A quien mucho se le dio mucho se le exigirá. Pero él lo ha entregado todo por los más pobres.


Quemar después de leer






Estaba con el tiempo muerto y no sabía qué hacer. Me había fallado la cena con unos amigos y no tenía un plan “B”, cosa rara en mí. Daba por seguro que estaríamos degustando la lubina. A la cena el que faltó fui yo y no porque me fuese al cine.
Me apetecía una película de comedia, algo entretenido y que me hiciera reír. La última película de los hermanos Coen tiene buena pinta, un reparto asombroso y un título muy llamativo, Quemar después de leer.
Un agente de la CIA es despedido y decide escribir sus memorias. El CD donde las ha escrito desaparece en un gimnasio y allí comienza la comedia, el chantaje, los enredos. Los expertos dicen que es una clara película coeniana, pero yo diría de ella que es rara, moderadamente divertida, sencillamente idiota. Si bien es una película muy atractiva por la imagen que muestran sus actores, sus buenos actores, uno termina su proyección encasillando escenas, uniendo argumentos, y descifrando intenciones. Terminé con la sensación de ver un drama, salvo los gestos divertidos de Brad Pitt y Clooney. Si no eres coeniano vete a ver otra.

viernes, 24 de octubre de 2008

Por un cine mejor.


Fue Alberto San Juan el que brindó su Goya por la erradicación de eso que se llama Conferencia Episcopal. Que me pregunto yo si él sabe algo más que su propio nombre. Me gusta el cine, y el cine español. Tal vez por eso mi crítica es más exigente con el cine y los actores nuestros que con esas producciones taquilleras. Lo cierto es que, en la actualidad, en cartelera, hay dos películas españolas que no dejan bien a la Iglesia.
No creo que sea por seguir trabajando por la erradicación de lo que tiene fundamentos milenarios, que ni la persecución republicana acabó con ella. Sí que están dando una imagen de ataque a la Iglesia con películas laicistas de memoria histórica trastocando la realidad. El cine ha de ser un instrumento que muestre una sociedad, que sea un instrumento científico de nuevas perspectivas, una imagen vale más que mil palabras, y es, sobre todo en mis clases, un medio didáctico.
Pero si se utiliza para descalificar a la Iglesia de forma maniquea tergiversando los relatos y caricaturizando a los personajes y los sentimientos de una fe profunda lo único que se pretende es buscar una burda manipulación final del espectador. Es el caso de Los girasoles ciegos y Camino, películas de José Luis Cuerda y Javier Freser. Cuerda adapta la novela de Alberto Méndez que trae a la literatura la memoria de los vencidos de la Guerra Civil española y que muestra un diácono, militar apasionado por su patriotismo, que se prepara para ser sacerdote y que, de pronto, se siente atraído por la madre de un niño del colegio. En Camino, el entorno Alexia, se ve manipulado, criticado y burlado su familia, la Iglesia y los miembros del Opus Dei, ocultando el verdadero afecto que rodeo a esta niña durante su enfermedad y que murió heroicamente dentro de su familia cristiana. La familia de la niña pide una rectificación por utilizar su nombre, su sufrimiento y el proceso eclesial.
Una vez más parece que todo vale con tal de criticar y manipular la historia, la Iglesia y lo transcendente. Como se dice en estos casos, vayan a las fuentes y juzguen ustedes mismos. Me gusta el cine. Yo voto por un cine mejor. En España, ¿solo hacen buen cine las mujeres?

miércoles, 22 de octubre de 2008

Fray Ratón



La voz de alarma ha sonado en el Consejo Escolar. En el Colegio hay ratones. Sí, esos diminutos roedores de cuatro patas y largo rabo, de aspecto repugnante, esos bichos están tomando el campo docente y seráfico del Colegio.
Podríamos llamarles, como Nuestro Santo Padre San Francisco, el hermano ratón, para ver en ellos la huella divina del Altísimo, el equilibrio ecológico o el respeto por un ser vivo. Podríamos verles como esos seres que en otras culturas y religiones no solo se ven como misterio o reencarnación de lo mejor. Pero el ratón es de los pocos animales que su presencia prepara batalla y reflexión.
Es lo que han hecho los Frailes Franciscanos y han llegado a la conclusión que estos animalitos están haciendo acto de presencia en esta morada interior desde que el Ayuntamiento colocó en sus extramuros no uno, ni dos, sino cinco contenedores de basura en general. Ahora que está de moda examinar las bolsas de desperdicios de los famosos, observando la vecindad y analizando el foco de infección, habría que exigir unas medidas que garanticen la higiene del barrio y de sus edificios, pues de seguir así, en más de una despensa, nos encontraremos rabos indeseados.
Hay que pedir mayor higiene en los contenedores o un nuevo planteamiento en su ubicación, soterrándolos, dejando ver el edificio del siglo XVI que tanto envanece a la rotonda del Convento que, sin querer, se ha convertido en el centro del pueblo. Y todo este grito por un simple ratón, por el hermano ratón, por Fray Ratón.

Tercer sexo


Llamó profundamente mi atención las palabra de Antonio Gala a una periodista que había invitado a su villa de Alhaurín el Grande en Málaga, La Baltasara, una casa campesina del siglo XVIII, donde vive su soledad tan querida, cuando le preguntó por el tercer sexo. ¿Tercer sexo? Sí, has leído bien. Yo estaba perdido. Tuve que volver a releer el párrafo anterior y ya empecé a entender.
Para él el primer sexo es la naturalidad bisexual, un juego inconsciente que muchas veces ignoramos.
El segundo sexo es la autosexualidad que nunca llega a ser plena porque está viciada de uno mismo, como es el caso de las relaciones vía Internet.
Y el tercer sexo son esos chicos y chicas, absolutamente preciosos, modelos, deportistas con tabla de lavar en el tórax, tableta de chocolate en el abdomen, el estómago para dentro, que están hechos para seducir pero no para ser seducidos, a mí que no me toquen.
Y pensándolo bien, creo que este sabio andaluz tiene razón, hay en nuestra sociedad unos elementos tan narcisistas, creados con una imagen consumista, con una sonrisa estudiada, una ropa a medida, un corte de pelo de figurín, que poco a poco empiezan a verse por la calle. Con lo bonito y bello que es que besar y ser besado, tocar y ser tocado, fundirte en el amor de tu vida, palabras con las que definía su relación una amiga.
En tiempos de crisis, de una crisis más profunda en un futuro, en los que el trabajo va a escasear, el frigorífico puede que esté vacío y de en el fondo de armario los vaqueros del año pasado, unos buenos achuchones nos vendrán bien, porque las caricias son gratis.
Reconozco que estoy un poco harto de que sea el sexo el calibre que mida la apertura, que modernice las conciencias, las braguetas marquen tolerancia y las fantasías ideales. Ya lo dijo un Payaso, tengamos el sexo en paz. Si lo mas grande es el amor, ¿no crees?.

martes, 21 de octubre de 2008

La Buena Vida.


Como suelo mirar, leer y releer, como mi abuela, todo lo que está cerca de mis manos, el último libro que estoy leyendo es La buena vida, de Álex Rovira, en él se da una visión de calidad de la existencia humana, sobre todo si en cada decisión que tomamos se va cultivando la actitud positiva.
Me encontraba en el estanco cercano al convento para recoger los periódicos del día cuando entró una persona despotricando sobre la vida y la madre que la trajo al mundo. Me encontraba con la mirada perdida en las estanterías, mirando periódicos, revistas y libros, mientras esperaba mi turno. Como era de confianza la que hablaba se me ocurrió indicarle este libro que en ese momento mis ojos se fijaban en él. “Déjate de libros. Ese libro lo lees tú, que los curas habláis mucho y muy bien, pero la vida es un asco”. Y así lo hice.
La vida es dura, llena de sufrimientos y de pruebas, absurda y mediocre, difícil y solitaria, agotadora, trabajar y trabajar. Pero, como el parto, está llena de satisfacciones, de momentos felices, de goces y caricias, de sorpresas y regalos, de belleza, y que hacen que la vida merezca la pena, y mucho.
Hoy quisiera que mi jornada de vida sea buena, alegre, feliz, compartida con mis alumnos y con todos vosotros.
Hoy quiero que mi saludo diario sea verdad.
Buenos días nos dé Dios.

jueves, 16 de octubre de 2008

DOMUND 2008


A finales de septiembre, Almudena Grandes, escribía una columna divertida, con su estilo crítico, más refiriéndose al mundo de la economía. Parece que se ha callado el grito ecológico que nos advertía de los peligros futuro por el cambio climático, y la única voz que se escucha es la que, día tras día, nos habla del cambio económico que, desde la cesta de la compra, hasta los movimientos financieros se están produciendo en muchos estados del bienestar.
Por lo visto, cuenta la Grandes, el padre de Charlie Dickens, en la puerta de la cárcel habló muy sinceramente con su hijo y le dijo que la diferencia entre un hombre feliz y uno desgraciado, ganando los dos lo mismo, diez libras, el primero gasta nueve, y el segundo gasta once.
La burbuja inmobiliaria, económica y financiera ha estallado y no se ven muchos desgraciados, por lo menos virtualmente. Nadie dice ahora que España va bien, aunque parece que nuestros políticos quieren utilizar la frase para enmascarar las grandes preocupaciones de fondo con otros temas que rasgan vestiduras y llenan de ceniza los ojos que quieren ver. Cualquiera que aporte dos monedas al templo, las dos monedas de la caridad, estará dando mucho, mas de lo que tiene, porque no será dinero teórico, sino parte de su vida y de su corazón.
El domingo celebramos el DOMUND, el Domingo Mundial de las Misiones; se necesita tanto, hay tanto que hacer, se puede hacer tanto con tan poco que con dos monedas podemos diferenciarnos del hombre desgraciado.

Premios literarios.



Por mucho que he buscado en los periódicos digitales no he logrado averiguar quién es el afortunado literario que se ha ganado, por decirlo de algún modo, el Premio Planeta 2008. Y digo ganar, con tono de ironía, porque me imagino que ayer la columna de Canela Fina, que escribe Luis María Ansón, ponía en evidencia el entramado de este premio.
Creo que todos sabemos que es un premio comercial y mercantil, lo que yo no sabía es que, ya de ante mano, es propuesto el escritor para que escriba la novela ganadora. Hará algo más de un año, el mismo Ansón, en la editorial del Suplemento Cultural del Mundo, escribía sobre la farsa del Premio Cervantes, politizado totalmente. De seguir así, este magnífico maestro de las letras, tirando de la manta, desenmascara los intereses de los Premios Novel, Los Premios Príncipe de Asturias, o simplemente el concurso literario de mi pueblo. Pero yo dudo, cosa que es mía, que estos actos ayuden y favorezcan el mundo de las Letras, en todo caso el de los libros. Pero si lo dice Don Luis María Ansón me lo pensaré.
Por cierto, el año pasado, entre las callecitas del barrio judío de Córdoba tuve el gustazo de estrecharle la mano y decirle, entre muchos nervios que me atragantaban la lengua, que era un gran admirador de su saber. Como siempre, rodeado de mujeres guapas, hombres doctos y toreros.

Esta mañana, entre mis correos electrónicos, he encontrado un email de una amiga, a la cual admiro mucho, que me comunica que ha sido Fernando Savater el afortunado del Premio Planeta. Felicidades. Qué suerte que tiene. Ahora solo falta que confiese cuando le propusieron escribir la novela que sería premiada.

martes, 14 de octubre de 2008

La vendimia.




No sé si son las fuerzas o las ganas las que me impiden escribir hoy estas frescas palabras. Este pilarico fin de semana he estado vendimiando; he regresado a la familia, a la tierra, al pueblo.
Reconozco que me gusta vendimiar, es el único trabajo del campo que despierta pasiones en mi y lo es por ver reunida a la familia entorno a la cosecha.
Si no me acerco a mi pueblo tengo la sensación de crear vacíos y lagunas que distancian el afecto con mis seres queridos.
Si me acerco sé que lo que pasará en las próximas cuarenta y ocho horas será mucho más duro que una exigente rutina de abdominales.
Pero tira la familia, tira el pueblo, tira la vendimia. De no acercarme a recoger el fruto de los viñedos me perdería el contacto con mi hermano pequeño que ya casado hace su jornal por otros campos.
La vendimia es una escusa para volver a estar con los padres, la gran cepa que me ha visto crecer y que observa ahora mi agrio sabor embotellado.
La vendimia es un trabajo alegre, de cuadrillas, llena de historias y leyendas, que mitiga la soledad de agricultor a lo largo de todo el año.
La vendimia es la vida; uno espera una buena cosecha, abundante y dulce.
Es el momento de abrir las hojas del último libro de Noah Gordon, La Bodega, y empezar a leer. Como le pasa a Josep Álvarez, hay rincones en el mundo donde la vida recobra su sentido y los sueños se alimentan del cultivo de la vid. Porque la sangre del Señor sabe a vino.

viernes, 10 de octubre de 2008

Dos libros, dos películas.




Aprovechando mi estancia en Madrid quise ir al cine. Ahora hay en cartelera muy buenas películas, dos de ellas basadas en dos libros que no hace mucho he leído; Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez, y El niño del pijama de rayas, de John Boyne. El primer libro contiene cuatro relatos de derrotas de la contienda española, el cuarto es el que da título al libro; muy duros dada la temática a reflexionar. El segundo es la historia tierna de un niño, Bruno, que es arrancado del ambiente de su niñez en el Berlín de la Segunda Guerra Mundial y es llevado a las cercanías de los Campos de Concentración Nazi en Auschwitz, donde su vocación de explorador le llevará a conocer a un nuevo niño con el que surgirá una gran amistad.
Te recomiendo que las veas. Te recomiendo que los leas. No quiero hacer comparaciones, son dos géneros distintos: uno literario donde impera la imaginación y, el otro, cinematográfico donde la imagen es muy importante. Creo, dada la cercanía del fin de semana, que bien pueden ser dos opciones buenas para complementar el tiempo de ocio. Eso sí, recomiendo primero leer el libro, se ve la película de otra forma. También es válido ver la película para recrear el libro.
Siempre será mejor leer los libros. Pero el tiempo de ver una gran película en una pantalla grande es pequeño. Sea como sea, hagas lo que hagas; aprovéchalo.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Violencia de género

Me alegra saber que el profesor Neyra respira por sí tras los dos meses que lleva ingresado en estado de coma. En este tiempo he pensado mucho en él y en su gesto heroico. Y os preguntareis por qué.
Hace unos días, a finales de septiembre, unos amigos me invitaron a cenar vaca a la plaza de su pueblo como final de sus fiestas. No me gusta comer fuera y públicamente. No es que me dé asco, simplemente que no me gusta. Si me veis comiendo en una plaza es por compromiso, por protocolo, como digo yo. Pero reconozco que la vaca estaba muy rica, muy bien guisada, con un punto exquisito. Para terminar fuimos a tomar un café, que no lo pagaba el Ayuntamiento.
Mientras esperábamos presencié un gesto de violencia que bien se podía decir de género. Un hombre, el doble que un Servidor, no sé que estaría hablando con su pareja que terminó en voces y con la mano en alto. Se ve que para no plasmarla en el rostro femenino tomó el vaso de su cerveza y lo estampó contra el suelo. Y sin mediar segundo salió rápidamente del bar. Todo fue muy rápido. Y pensé en el gesto bravo y valiente de Don Jesús Neyra. Porque, ante la situación vivida, el hombre de la cerveza era un gigante, Goliat, frente a mí, que no soy pequeño y me consideraba un diminuto David.
No sé si fue porque no era mi pueblo, no era mi gente, me sentía fuera de sitio y no conocía de nada a esa pareja. Sentí miedo y me alejé de la puerta para que el hombre violento saliera con presteza. Lo malo es que detrás salió la mujer que con tono dulce le iba llamando: “espera, espera”.
La vida se repite muchas veces.

martes, 7 de octubre de 2008

Jonás Brothers


He tenido que buscar en Internet el acontecimiento histórico que estuve apunto de presenciar ayer en Madrid. La plaza de Felipe II estaba abarrotada de jóvenes quinceañeros, la mayoría chicas, por los suelos. Las bocas del Metro Goya expulsaban adolescentes a puñados. Por la forma en la que estos muchachos estaban colocados intuí que estaban formando cola para algo. Rara es la semana en la que, la preciosa Gala, no contempla un evento; le montan una carpa, la plaza se llena de vehículos o se distribuye en mano publicidad.
Observando la explanada pude ver que había una plataforma, una tarima sencilla, una mesa y unas sillas, como cuando un escritor firma sus libros. Pero me extrañaba mucho que tanto “pavo nervioso”, ya empezaban a escucharse gritos descontrolados, hicieran una cola tan larga por un libro, ni una exclusiva de Harry Potter, ni Ken Follet en la Feria del Libro.
Me acerqué al escenario y pude distinguir unas fotos de adolescentes y el nombre de “Brothers”. Como tenía prisa allí los dejé. Tengo que confesar que algunos grupillos, por los suelos y en corro, estaban con los libros abiertos haciendo los deberes.
Ha sido esta mañana cuando me ha llamado la curiosidad por saber quienes eran y qué ocurrió, ya que fue lo que más me impactó en el día de ayer; ver tanto adolescente en un mismo sitio. Por lo visto el grupo de llama “Jonás Brothers” y en la plaza había más de cinco mil jóvenes esperando este fenómeno musical de la factoría Disney.
No me extraña que hubiera codazos y peleas, gritos histéricos y nerviosismo pleno, incluso niños perdidos. Los ídolos se llaman Nick, Joseph y Paul. Hace unos meses eran unos desconocidos. La primera de las afortunadas que consiguió su preciado autógrafo llevaba en la plaza desde las dos de la madrugada. Algunos padres, para evitar que sus hijos hicieran novillos, fueron ellos los que madrugaron para ser de los primeros.
No lo entiendo. Los periódicos hablan de más de cinco mil jóvenes. En fin. ¡Divina juventud!

domingo, 5 de octubre de 2008

Nómadas.





El sábado es el único día de la semana que no utilizo el despertador, me gusta dormir con la tranquilidad de despertar de una forma natural, sin sobresaltos. Leer o ver una película la noche anterior y con el silencio de la noche envolverme en mis sábanas y sueños. Mi gran sueño es viajar y escribir lo que siento, veo y percibo. Pero hay sábados en los que este placer no lo puedo disfrutar: tal vez porque tenga que ir a las monjas, que tenga que realizar un viaje, o simplemente que haya quedado con un amigo para desayunar. Pues ese disgusto, ultimamente, se convierte en un placer cuando escucho en Radio Nacional la voz de Álvaro Soto y con él, mientras me aseo, recorro parte del mundo. El programa se llama Nómadas y os lo recomiendo.
Nómadas es un programa de radio sobre viajes, que te hace sentir protagonista de ese destino y, con efectos especiales por los muchos medios que cuenta, puedes percibir los sonidos, apreciar colores, sentir aromas y gustar los ricos y tradicionales platos que nos presentan. Es como el programa de mi amigo, Damian, La Odisea, en Radio Puebla, pero mucho más odisea, mucho más grande; con entrevistas, con testimonios, con noticias de actualidad. Álvaro Soto me llevó, como a todos los radioaficionados de ese programa, a los madrugadores de ocasión, como un servidor, a Yunnan, una ciudad al sur de China y nos metió en un arrozal para sentir con todos los sentidos la belleza de esta ciudad.
No soy fanático de ese programa. Reconozco la buena y excelente textura con que está hecho y me gustaría llevarlo a mi programa de libros para poder transmitir el amor, el respeto y la pasión por la lectura. Pero, queridos amigos, el programa está en Internet. ¡No hace falta madrugar! Para hacer las maletas y marcharse, como un nómada, a China, a Atenas, a la India, hay tiempo a lo largo del día. Felices sueños, en todos los sentidos.