domingo, 26 de octubre de 2008

Quemar después de leer






Estaba con el tiempo muerto y no sabía qué hacer. Me había fallado la cena con unos amigos y no tenía un plan “B”, cosa rara en mí. Daba por seguro que estaríamos degustando la lubina. A la cena el que faltó fui yo y no porque me fuese al cine.
Me apetecía una película de comedia, algo entretenido y que me hiciera reír. La última película de los hermanos Coen tiene buena pinta, un reparto asombroso y un título muy llamativo, Quemar después de leer.
Un agente de la CIA es despedido y decide escribir sus memorias. El CD donde las ha escrito desaparece en un gimnasio y allí comienza la comedia, el chantaje, los enredos. Los expertos dicen que es una clara película coeniana, pero yo diría de ella que es rara, moderadamente divertida, sencillamente idiota. Si bien es una película muy atractiva por la imagen que muestran sus actores, sus buenos actores, uno termina su proyección encasillando escenas, uniendo argumentos, y descifrando intenciones. Terminé con la sensación de ver un drama, salvo los gestos divertidos de Brad Pitt y Clooney. Si no eres coeniano vete a ver otra.

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