jueves, 16 de octubre de 2008

Premios literarios.



Por mucho que he buscado en los periódicos digitales no he logrado averiguar quién es el afortunado literario que se ha ganado, por decirlo de algún modo, el Premio Planeta 2008. Y digo ganar, con tono de ironía, porque me imagino que ayer la columna de Canela Fina, que escribe Luis María Ansón, ponía en evidencia el entramado de este premio.
Creo que todos sabemos que es un premio comercial y mercantil, lo que yo no sabía es que, ya de ante mano, es propuesto el escritor para que escriba la novela ganadora. Hará algo más de un año, el mismo Ansón, en la editorial del Suplemento Cultural del Mundo, escribía sobre la farsa del Premio Cervantes, politizado totalmente. De seguir así, este magnífico maestro de las letras, tirando de la manta, desenmascara los intereses de los Premios Novel, Los Premios Príncipe de Asturias, o simplemente el concurso literario de mi pueblo. Pero yo dudo, cosa que es mía, que estos actos ayuden y favorezcan el mundo de las Letras, en todo caso el de los libros. Pero si lo dice Don Luis María Ansón me lo pensaré.
Por cierto, el año pasado, entre las callecitas del barrio judío de Córdoba tuve el gustazo de estrecharle la mano y decirle, entre muchos nervios que me atragantaban la lengua, que era un gran admirador de su saber. Como siempre, rodeado de mujeres guapas, hombres doctos y toreros.

Esta mañana, entre mis correos electrónicos, he encontrado un email de una amiga, a la cual admiro mucho, que me comunica que ha sido Fernando Savater el afortunado del Premio Planeta. Felicidades. Qué suerte que tiene. Ahora solo falta que confiese cuando le propusieron escribir la novela que sería premiada.

2 comentarios:

Cesar Antonio Chumbiauca dijo...

Conque así resultaban funcionar los premios. Tenía que ser planeta, pues.

goyito dijo...

Es de lo peorcito. Iva para superhombre y se quedó en afeminado.Acéptelo o resígnese, no se por qué va con esos aires de grandeza, ni que fuera de la realeza; auque a veces realmente se lo crea (lagarto!, lagarto!). Espero que no se tome esto como una agresión a su perfecta persona, sino como lo que es; una crítica constructiva hacia su persona, aunque su persona piense "¿realmente puedo mejorar?" (lagarto!, lagarto!).