miércoles, 22 de octubre de 2008

Fray Ratón



La voz de alarma ha sonado en el Consejo Escolar. En el Colegio hay ratones. Sí, esos diminutos roedores de cuatro patas y largo rabo, de aspecto repugnante, esos bichos están tomando el campo docente y seráfico del Colegio.
Podríamos llamarles, como Nuestro Santo Padre San Francisco, el hermano ratón, para ver en ellos la huella divina del Altísimo, el equilibrio ecológico o el respeto por un ser vivo. Podríamos verles como esos seres que en otras culturas y religiones no solo se ven como misterio o reencarnación de lo mejor. Pero el ratón es de los pocos animales que su presencia prepara batalla y reflexión.
Es lo que han hecho los Frailes Franciscanos y han llegado a la conclusión que estos animalitos están haciendo acto de presencia en esta morada interior desde que el Ayuntamiento colocó en sus extramuros no uno, ni dos, sino cinco contenedores de basura en general. Ahora que está de moda examinar las bolsas de desperdicios de los famosos, observando la vecindad y analizando el foco de infección, habría que exigir unas medidas que garanticen la higiene del barrio y de sus edificios, pues de seguir así, en más de una despensa, nos encontraremos rabos indeseados.
Hay que pedir mayor higiene en los contenedores o un nuevo planteamiento en su ubicación, soterrándolos, dejando ver el edificio del siglo XVI que tanto envanece a la rotonda del Convento que, sin querer, se ha convertido en el centro del pueblo. Y todo este grito por un simple ratón, por el hermano ratón, por Fray Ratón.

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