miércoles, 24 de octubre de 2007

HAIRSPRAY

Me costó silenciar la clase cuando uno de mis alumnos me preguntó qué era lo que yo quería ser cuando era pequeño. Estamos hablando del Proyecto Personal, de la Escala de Valores y de la Vocación. Todos se echaron a reír cuando les dije que yo de pequeño quería ser ... bailarín. Ahí queda escrito. Seguro que tú también te estás tronchando de la carcajada que hay en tu cuerpo. Pues sí, Señores. Yo de pequeño quería ser bailarín y tenía a Antonio, el Bailarín, en la cresta de mi admiración. Es normal. Mi padre presume de cantar bien flamenco, aunque nunca lo he escuchado cantar. El ambiente del flamenqueo era algo agradable en mi casa. No me extraña que de pequeño tuviera esa fijación. Con los años bailar era algo normal, enseguida retiraba la mesa del comedor, encendía la radio y con los primeros sonidos pop ya estaba danzando en mi casa. Como no iba a la discoteca mis amigos decían que cuando entrase me dirigiese a la barra para ver cómo se bailaba y se quedaron boca abiertos cuando nada más entrar me puse en medio de la pista y me convertí en el rey. No sé que habrá pensado Álvaro cuando me ha preguntado si tuviera que elegir entre ser fraile y bailar y mi respuesta ha sido la de bailar, pero ya no están mis piernas para tanto trote. Recuerdo la cara de aquella quinceañera que en una discoteca de Alcalá de Henares se quedó conmigo en la pista de baile imitando mis pasos, llegando a pedirme un autógrafo y a saltar como una loca al conseguirlo. Que tiempos. Algunos frailes me llamaban el finísimo Gregorio y ahora mis rodillas tienen que aguantar, entre las dos, mas de cien kilos. Estos chavales de 1º de la ESO han conseguido que reviva unos tiempos muy bonitos de mi vida.
Y si el día fue agradable recordándome mis tiempos marchosos la noche trajo un broche de oro. Por la noche vi una buena comedia musical, Hairspray, de Adam Shanman. Yo que me he criado con los pasos de Fiebre del sábado noche, como muchos de mis coetáneos, volver a ver bailar a John Travolta en mitad de la pista me pareció conmovedor. Que queréis que os diga; se me saltaron las lágrimas. Puede que el próximo día, cuando vuelva a tener clase con los chicos de 1º de la ESO, ponga música a mis explicaciones y todos nos pongamos a bailar. Porque, cuando se acuestan los frailes, yo sigo bailando.

martes, 23 de octubre de 2007

Puro Teatro

Hace unos días escuchaba una canción de Falete del álbum Amar Duele llamada Puro Teatro. Reconozco que de primera no me gustó, pero después de los acontecimientos el pasado domingo en La Casa de la Cultura la canción no hay quién me la saque de dentro:
Igual que en un escenario
finges tu dolor barato
tu drama no es necesario
yo conozco ese teatro.

Fingiendo que bien te queda el papel

después de todo parece

que esa es tu forma de ser.

... Teatro. Lo tuyo es puro teatro.

Es cierto que en los programas no se especificaba nada. Y creo que ese tipo de información es contraproducente. Lo cierto es que el domingo había una cita con el Teatro y más de ochenta butacas estaban ocupadas. El telón se abrió y los actores de la Compañía "La Mancha" salieron a escena con la representación de la obra La Academia. Esta obra trataba de representar la vida de los actores una vez que la obra concluye, se baja el telón y los aplausos se apagan. Es cuando el actor se convierte en el ser humano que es y vive con los problemas cotidianos que tenemos todos. Claro está. Estos actores no son como tú o yo; en su vida hay una minusvalía que les impide afrontar la vida con todo tipo de normalidad, encontrando muchos obstáculos para seguir adelante. Estos actores son más actores porque hacen de su representación un reto en cada escena.

Muchas veces, en mis tertulias nocturnas, he valorado con mis amigos cómo los habitantes de La Puebla de Montalbán han ido evolucionando en su comportamiento frente al Teatro. Los diez años de La España de Fernando Rojas ha ido creando un saber estar ante un escenario, un teatro o un montaje al aire libre. Incluso en algunos momentos el público pueblano ha sido elegante con sus aplausos. Pero este domingo toda esta valoración se me vino abajo, se me rompieron los esquemas y mi comentario no puede ser objetivo. Vergüenza es poco para expresar lo que sentí en la Casa de la Cultura cuando en plena representación unas personas se levantaron y salieron haciendo comentarios groseros hacia los actores. "Si son unos tontitos", comentaba alguien mientras abandonaba la sala. Si esas voces las escuchaba yo que suelo colocarme al fondo, buen pudieron ser entendidas por los actores que en el escenario trataban de hacer el mejor teatro posible.

Falsedad bien ensayada

estudiando simulacro.

Fue tu mejor actuación

destrozar mi corazón.

Hoy, cuando he hablado con mis alumnos sobre el incidente bien me decían que para eso es mejor no ir. Y tienen razón. ¿Cuanto nos cuesta lo diferente? No solo se paga una tarde de teatro con tres euros, que en este caso tienen talante solidario. No solo se paga con dinero, sino con esa acción que sale del corazón, del entendimiento, de los sentimientos que van despertando en cada uno la acción teatral. El Teatro se paga con educación, con saber estar, con aplaudir, con llorar. Mí amiga María Vivar, que discapacidad sabe mucho, estaba completamente emocionada con ver a esos "tontitos" hacer teatro. Pero en el fondo es el mismo problema, nos molesta lo diferente, los discapacitados, los que no son de nuestra cultura o religión, los que tienen un color de piel distinto, los que piensan diferentes. Tenemos que aprender a vivir, a convivir, y el respeto hacia los demás es muy importante para que siendo diferentes podamos estar juntos y vivir unidos aunque seamos distintos. Y la educación no se aprende en la Escuela, sino en la Familia. Tal vez es que nuestra convivencia sea como lo que dice la canción, puro teatro.


sábado, 20 de octubre de 2007

No me digas que fue un sueño

El Club de Lectura de los mayores, que todavía no ha sido capaz de poner nombre a tan selecto personal y tan ilustrada tarea, se reunió el viernes 19 de octubre, día de san Pedro de Alcántara, en la Casa de la Cultura. Era la primera reunión del Club después del verano. Personalmente creí que muchos de sus miembros iban a caer en el desánimo después del tiempo estival. Y no, allí estábamos casi todos. Fieles a la cita con Terenci Moix y su libro, No me digas que fue un sueño, la tertulia fue amena y divertida. Como muy bien podéis ver en la foto la reunión fue didáctica. Marco Antonio y Cleopatra estuvieron con nosotros para explicar, por si no lo habíamos entendido bien en el libro, toda su relación de amor y amistad. Dicen de Terenci que era muy amigo de sus amigos, y que el valor que más admiraba de un amigo era la fidelidad. Reconozco que me ha parecido un poco cargante este libro, demasiado Cleopatra, demasiado Marco Antonio. Me ha gustado mucho el personaje de Octavia, noble romana que casada con Marco Antonio es la otra cara femenina. Pero Octavia no vino a la reunión.
Si bien lo chavales del Club de Lectura, Los Trotamundos, no tardaron ni cinco minutos en colocarse ese nombre, los mayores andamos, entre cañas, buscando nuestra identidad. Propuse el nombre de Fernando de Rojas, pero para unos parece muy serio. Otro dijo que por qué no colocarnos el nombre del título del primer libro que leímos, El viento de la luna, de Antonio Muñoz Molina. Hay quien dijo que ya que nos había gustado tanto el libro de Miguel Delibes por qué no nos llamábamos Los Herejes. Y otros muchos se decantaban por expresiones típicas de La Puebla de Montalbán. El tiempo pasó, las cañas se apuraron y seguimos sin nombre. Si Tú, buen lector de este humilde Blog, tienes alguna ocurrencia y quieres hacernos reír, o ponernos serios contigo, tienes abierto este cuaderno y este Club a tu participación y a su pertenencia. Pero nunca digas que fue un sueño.

sábado, 13 de octubre de 2007

FARCAMA 2007

FARCAMA, la Feria de Artesanía de Castilla la Mancha, mañana cerrará otro año más sus puertas. A partir de mañana se hablará de balance, de negocios, de ventas, de encargos, de visitantes. Hace unos días me acerqué con unos amigos y su hija. Lo más bonito y lo más artesano era ella, Rosalía, que con sus meses pone cara de asombro ante tantas formas y colores que en los diversos estand uno puede ver. Todavía le falta ahorrar mucho para comprarse una mantilla de la firma Esther Cordero, o una mecedora de Muebles de los Reyes. Por ahora no puede, ni debe, comprar esos pergaminos que tanto le han gustado a su padre sobre la leyenda del Quijote, que están que se sale, el Quijote digo.
Tu, hija mía, que para algo te eché el chorro de agua sagrada, ahorra. Dicen que soy un afortunado si hasta este verano no he oído hablar del euribor, ese impuesto revolucionario que a los jóvenes les trae amargados y que no sé cómo se escribe. Tú, Rosalía, ahorra. Has visto que nos han cobrado la entrada y no era un par de euros. Fíjate que ni un marcapáginas podemos hacer con el papelito que nos han dado. Luego dentro todo es color y forma, pero muy caro. Si tu madre quiere prepararte el ajuar mejor es comenzar por Ikea, que ya vendrán tiempos mejores. Menos mal que encontramos el puesto de cerámica de nuestros paisanos de Torrijos. Corazones a un euro no están mal. Compré unos cuantos, todos los rojos que encontré, que envueltos en premios a la amistad, tienen un valor incalculable. ¡Cómo está la vida, Rosalía! Mañana cuando cierren las puertas de la Feria de Artesanía y hagan su balance económico dirán el Padre Gregorio se ha gastado cinco euros en corazones rojos de Torrijos. Pero es que la vida no está para más.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Ordenación de Diácono

Hace unos días, un amigo que tengo en Tierras Lejanas, me comunicaba la noticia de que estaba discerniendo la idea de ingresar en el Seminario y hacerse sacerdote. La verdad es que no me extraña, este verano he conocido a su madre y ese refrán que dice "De tal palo tal, tal astilla" podría recoger muy bien las impresiones que me llevé tras visitar su casa. Si mi amigo está continuamente deseando, desde su labor docente, la santidad, de llenarse de Dios, de ofrecerse a los demás; su madre no se queda atrás y las palabras le sobran, ya que, desde su edad y achaque, sirve a su marido, enfermo de una parálisis cerebral, lo mejor que puede.
Este domingo, 7 de octubre, estuve en Getafe, en el Cerro de los Ángeles . Mi amigo Ángel Villaplana, también procedente del mundo de la Educación, daba sus primeros pasos acercándose al sacerdocio con su ordenación de Diácono. Recuerdo muy bien cómo lo conocí. Iba a presidir la boda de su prima y me comunicaron que iba a leer él. Raro es que lea la gente en misa; por lucirse y tener un detalle con la novia cualquier amiga hace el sacrificio. Pero me extrañó más que leyese un chico, ya que conozco bien a la familia de la novia. "Mi primo va a leer". Creo que no fui justo con él, antes de enseñarle las lecturas que iba a leer le hice un escrutinio del cual salí gratamente derrotado y de él nació la amistad con Ángel. No solo sabía leer, ¡cómo no va a saber leer un profesor de Física y Química!. Ángel leía todos los domingo en su parroquia y desde hacía un año estaba teniendo contactos con el Seminario de Getafe. Cuando el domingo le vi ya vestido de cura, con su alzacuellos romano, la verdad es que no me hizo mucha gracia; prefiero verle decentemente vestido con su traje y corbata. Pero sí sentí la alegría de ver a mi amigo llegar a abrazar lo que tanto ha deseado. Su párroco también se le veía emocionado cuando le imponía la estola diaconal y la dalmática. Al acto, para mi sorpresa, fueron varias personas de La Puebla, más de las que yo pensaba, las que acudieron a abrazar y felicitar a mi amigo Ángel. Quién más y quién menos reivindicaba su posesión: "es que es mi sobrino", "es que es hijo de mi prima", "es que nosotras somos Villaplana". La que más gracia me hizo fue, La Juliana, del Nogal, esa mujer siempre me arranca la carcajada. Tendría que haberla conocido en sus tiempos.
Por eso, y tras la felicidad que ha encontrado, y que tiene, mi amigo Ángel, me gustaría que sirviese como testimonio, aliento y forma de ser para mi otro amigo, el de Tierras Lejanas. Es verdad que la vocación de cada uno es única y personal. Pero cuando se trata de trabajar por el Reino de Dios y de los Pobres de este mundo, cualquier esfuerzo se hace poco ante tan abundante mies. La oración que mueve montañas y llega a cualquier rincón del Mundo nos ayude, a los Tres, a seguir felizmente trabajando por lo que cree nuestro corazón. ¡Felicidades, Ángel!

viernes, 5 de octubre de 2007

San Francisco

El pasado día 4 de octubre celebramos con alegría y sencillez el día de San Francisco. Ese día coloreamos muchos dibujos seráficos, vemos imágenes de películas y dibujos animados que nos recuerdan la gran vida del Pobre de Asís, y la misa de la tarde, presidida por nuestro párroco, Don Teodoro, es el mejor acto que tenemos para comenzar el curso académico. Pero este año hemos hecho un poco más. Los Niños de Postcomunión bajo la dirección de Esther Cordero han representado una pequeña obra teatral que Pedro Cordero ha escrito para ellos; un guión adaptado de la famosa escena de San Francisco y el lobo de Gubbio. Los que la vieron dicen que fue muy bonita a pesar de que no escucharon nada. Que esa es otra. Los micrófonos de la iglesia conventual ya están pidiendo un cambio. Pero los niños lo hicieron muy bien. Queremos repetirlo en el convento de las Concepcionistas para que ellas, que se sienten muy franciscanas, también puedan gozar de los Niños y de su Teatrillo. Tengo que confesar que la iglesia estaba llena para la misa y mucha gente estaba fuera esperando que empezara la fiesta. Creo que es el año que mas pueblanos han venido a honrar a san Francisco. Tantos que no sé cómo sobraron cosas. Bueno, sí. En la mesa de san Francisco donde comen cuatro comen cinco. Algún milagro de esos tuvo que hacer el Santo de Asís. Esperemos que hayamos aprendido algo de su vida, de su persona, de su tiempo y de sus cosas, para que la convivencia, día a día, sea más humana.

miércoles, 3 de octubre de 2007

De vendimia

Ultimamente me gusta celebrar mi cumpleaños vendimiando. No es que me apasione el trabajo, pero la vendimia es una época del año que tiene mucha belleza y encanto. Gracias a Dios ya han inventado máquinas que aligeren el esfuerzo humano, mamotretos que parecen sacados de otros planetas si los vez actuar de noche. Sí, dicen que se vendimia mejor de noche; la uva está mejor, la máquina está en mejores condiciones, aunque el tractorista-vendimiador no sé cómo estará a esas horas. De siempre nos hemos juntado toda la familia para vendimiar, incluso mi hermano pequeño al que menos veo de todos, la vendimia daba esa oportunidad de vernos, de hablar, de estar juntos. La vendimia era como una segunda feria pero sin puestos ni atracciones; el pueblo se llenaba de jornaleros procedentes de Andalucía que buscaban en la vendimia la posibilidad de ganar dinero hasta que comenzase los fríos y empezar a recoger la aceituna. Hoy se ven pocos andaluces por Quero. Los nuevos vendimiadores son rumanos de la Rumanía, como dice un gracioso, que contratados por los sindicatos del campo tratan de controlar el pillaje burocrático con estos emigrantes. Pero nosotros seguimos vendimiando en familia. Ya mi madre dejó de vendimiar, se queda en casa preparando la comida. Hoy ves a pocas cuadrillas que coman en el campo. Mi padre, que es duro de verdad, sigue capitaneando desde la mañana templano diciéndonos que ya está bien de estar en la cama, que los vecinos ya se han ido y que vamos a ser la risa de todas las cuadrillas cuando nos vean que salimos a trabajar los últimos. Es como una canción familiar muy matutina. Pero me gusta. Es como todos los años, como toda la vida se ha hecho. Son cuarenta y dos los años que he cumplido y me sigo viendo como un crío delante de mi padre; no sé si tendría diez años cuando empecé a vendimiar con una familia. Me vienen a la memoria tantos recuerdos... Pero vamos a dejarlo. Creo que con las uvas que corté este fin de semana tengo para hacer el vino suficiente para mis misas y tomarme alguna copa más con los amigos. Hoy me sigue doliendo todo el cuerpo, los riñones, las rodillas, los gemelos. Pero tengo guardado en el corazón, un año más, la celebración de mi cumpleaños que me gusta celebrar con Dios y con mi familia bajo el sol otoñal de la vendimia.