sábado, 13 de octubre de 2007

FARCAMA 2007

FARCAMA, la Feria de Artesanía de Castilla la Mancha, mañana cerrará otro año más sus puertas. A partir de mañana se hablará de balance, de negocios, de ventas, de encargos, de visitantes. Hace unos días me acerqué con unos amigos y su hija. Lo más bonito y lo más artesano era ella, Rosalía, que con sus meses pone cara de asombro ante tantas formas y colores que en los diversos estand uno puede ver. Todavía le falta ahorrar mucho para comprarse una mantilla de la firma Esther Cordero, o una mecedora de Muebles de los Reyes. Por ahora no puede, ni debe, comprar esos pergaminos que tanto le han gustado a su padre sobre la leyenda del Quijote, que están que se sale, el Quijote digo.
Tu, hija mía, que para algo te eché el chorro de agua sagrada, ahorra. Dicen que soy un afortunado si hasta este verano no he oído hablar del euribor, ese impuesto revolucionario que a los jóvenes les trae amargados y que no sé cómo se escribe. Tú, Rosalía, ahorra. Has visto que nos han cobrado la entrada y no era un par de euros. Fíjate que ni un marcapáginas podemos hacer con el papelito que nos han dado. Luego dentro todo es color y forma, pero muy caro. Si tu madre quiere prepararte el ajuar mejor es comenzar por Ikea, que ya vendrán tiempos mejores. Menos mal que encontramos el puesto de cerámica de nuestros paisanos de Torrijos. Corazones a un euro no están mal. Compré unos cuantos, todos los rojos que encontré, que envueltos en premios a la amistad, tienen un valor incalculable. ¡Cómo está la vida, Rosalía! Mañana cuando cierren las puertas de la Feria de Artesanía y hagan su balance económico dirán el Padre Gregorio se ha gastado cinco euros en corazones rojos de Torrijos. Pero es que la vida no está para más.

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