lunes, 27 de agosto de 2007

FESTIVAL CELESTINA

"Señores, tienen que ir a muerte". Fueron el último consejo que nos dio Maria Elena a unos cuantos actores antes de representar el domingo por la noche la obra de Fernando de Rojas. El sábado todo transcurría muy bien, los efectos eléctricos del cielo parecían unirse al conjuro de La Celestina. Pero no. El cielo no estaba unido a nuestra compañía, más bien iba aparte. Nos dejó representar toda la obra en la plaza y cuando todo estaba formado para subir en procesión con el entierro de Calixto hacia la torre empezaron a caer las aguas divinas. Pero como profesionales subimos; fue un entierro bajo agua. Ya en la Torre se vio que el agua no cesaba y por seguridad de los actores se decidió suspender el último acto. Eso sí, la pirotecnia puso el broche a una noche de muchos nervios. Por eso, Maria Elena, sabiendo que el sábado el único que había faltado a su papel era la lluvia, e intuyendo que la noche prometía un gran éxito, no quiso dormirnos en los laureles y nos exigió más. "Señores, a muerte". Y así, como legionarios actores, salimos todos a darlo todo y a ofrecerlo todo. Bueno, yo me pasé. Yo soy Tristán; ya bastante triste es el nombre. Soy, según la idea de Maria Elena, el mejor y más noble de los amigos del joven Calixto, pro que lloro su muerte por la perdida de su amistad y por la inseguridad laboral que supone al personaje. Vale, creo que eso lo entendemos todos. Pero la foto que me ha mandado un amigo es buenísima para mi recuerdo. Si ya es dramática la caída y muerte de Calixto, el domingo incluí mi lamento a la mirada fija y extraña de mi puñal. Como si la muerte estuviera en mis manos y reflexionara el espantoso acto que se había consumado, como si todo el peso moral cayera en mis espaldas (por la lluvia tengo las rodillas fastidiadas del sábado). Ese no fue lo que leí en el guión sobre mi actitud textual. Os confieso que no atinaba a meter la daga en su funda. Desde que saqué el puñal para partir el melón no atinaba a enfundar el arma. Viéndome con el instrumento en la mano y recordando las palabras de Maria Elena, sentí que debía de introducirlo en mi lamento. Gracias por recoger ese instante.

Bueno. El IIIº Festival Celestina ha terminado. Personalmente no tengo el bajón artístico de otros años porque me siento que ya estoy trabajando la IVª Edición. Y creo que este Festival va a crecer mucho porque somos muchos los que creemos en él. A sido muy buena y oportuna la presencia de la Consejera de Cultura en este broche final. Creo que va a ser nuestra Hada, nuestra Madrina, nuestra Consejera, en sacar a nuestra Celestina de La Puebla de Montalbán y llevarla fuera, lejos, más allá de nuestros melocotoneros. Todo el Mundo tiene que conocerla. Todos tienen que conocer a La Puebla; sus gentes, su pueblo, sus cuevas. Más allá de nuestras fronteras están nuevos amigos que quieren conocernos y pasar un buen rato bajo. Los veranos de La Puebla nada tienen que envidiar y sí superar para que cada año sea la ocasión de encontrarnos, valorarnos, y mostrar lo mejor de cada uno. Si en esta edición has hecho un nuevo amigo llevas el mejor premio: El Premio Celestina de la amistad. ¡¡¡¡¡¡ GRACIAS!!!!!!

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