jueves, 2 de agosto de 2007

Diario de vacaciones

Hoy no coloco la numeración en el Diario de vacacaciones, ni tenía que haber colocado nada, pues en vacaciones no hay que llevar cuenta y dejar a la mente más libre, que bastante nos atamos durante el curso. Ya tengo la maleta hecha, hechos los sacrificios pertinentes y las gracias dadas. Solo me falta decir adiós y no volver la espalda en este caminar. Pero es difícil. Mira que tengo visto este tramo de Mar y este año, el más sucio que lo he visto, ha sido el que más energía me ha dado. Tal vez porque lo tomé como último recurso y no me daba cuenta que debía de venir aquí a purificar mis penas. De esta forma el agradecimiento es mayor y más extensible a todos aquellos que se han desvivido por mi felicidad en estos días; por pasar unos días agradables, de descanso, viajando por estas pequeñas distancias para no olvidar la condición de peregrino que el turista no debe perder. Pondría muchos nombres: de personas, de fenómenos, de cosas,... Pero es preferible callar y guardar en el silencio lo que puede ser una fuerte nube de verano o el comienzo de algo nuevo. Cambio de fiesta. De la fiesta del Mar a la fiestas de Quero, mi pueblo. Siempre cargado con la maleta que es difícil de cerrar, pero hay que cerrarla. Me da pena dejar el Mar, aunque algo en mi interior me echa hacia adelante. ¡Qué remedio! La vida es un impulso que hay que saber vivir. Seguiremos con el Diario de vacaciones desde otra parte.

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