jueves, 9 de agosto de 2007

Diario de vacaciones en Quero

Creo que de nuevo los nervios de la maleta se apoderan de mi, mañana terminan las vacaciones, y no he podido dormir la siesta. Los nervios y los albañiles de la vecina. Por eso me he venido al cibercafé de Quero, con Teodoro, el de Quero, para escribiros un poco más de mis vacaciones. Estoy muy contento pues varios amigos me están mandando mensajes desde diversos puntos del Mundo donde han ido a disfrutar del verano y hacer un viaje cultural que les enriquezca el espíritu, y el cuerpo si se puede. Es como si viajara yo con ellos y eso me gusta mucho. Esta mañana he hecho fotografías a la Laguna de la Sal y me he quedado prendado al ver unas aves nuevas. Creo que son flamencos y garzas. No sé cómo han llegado aquí, pero el ambiente que dan a la Laguna es precioso. Luego he pasado a realizar unas fotos a la Casa encantada de mi amigo: ¡qué puertas! ¡qué fachada! ¡qué de too! Si es verdad que es una casa de diálogo va a ser una casa muy grande para Quero. Espero que en esa casa nazcan grandes ideas, se aprecien los diálogos de las lenguas, las culturas y las religiones. Mi amigo ha colocado una frase, como un inri, en varios idiomas que dice La palabra vincula a la humanidad. Todavía no sé de quién es pero estoy seguro que es de él mismo, que vale mucho mi amigo. Cada vez que paso por la casa le echo una bendición para que no cree codicia ni envidias, sino que sea una casa para todos, para la armonía y la paz; osea, una casa para el diálogo. Y yo creo que lo conseguirá. Siempre he dicho que Quero es un pueblo pequeño llamado a ser muy grande. Tal vez mi amigo, su fuerte personalidad, su capacidad intelectual, su don de gente, y sus ahorros, puedan ser el motor de la grandeza de Quero. Por eso creo que para mis próximos comentarios os hablaré de las personas de Quero que son instrumentos de superación, de diálogo, de amistad y concordia. Personas sencillas y amenas que hacen que Quero sea un pueblo de buenas personas y gente de paz. Antes de hacer las maletas. ¡Otra vez con las maletas a cuesta! No sabéis cómo me gustaría salir, marcharme, echar a andar, sin las dichosas maletas. Ya, ya lo sé. Que yo debería de ser de esos de ligero equipaje. Pero no, que soy un caprichoso, y como tenga cinco euros para una camiseta me la compro, aunque luego se la tenga que dar a mis hermanos. Intentaré en esta tarde hacer más fotos de mi pueblo y ya desde La Puebla publicarlas para que podáis ver mi verano, mis vacaciones y esas personas y cosas que me han hecho muy feliz en estos días. Disfrutad, desde donde estéis, de estos días de verano.

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