lunes, 15 de noviembre de 2010

El Viaje de mi Vida.

Tabga.

Santuario de la Multiplicación.




Terminada nuestra celebración y entregado el cesto con las cosas de la misa al franciscano alemán nos dirigimos a un sitio cercano llamado Tabga. Estaba tan cerca que pudimos ir andando, solo nos separaba una caminata de unos díez minutos. Claro está, diez minutos para nosotros. En ese trayecto conocí más de cerca a Mario. Recuperándose de una reciente operación su caminar era más lento que el del resto. Rosa, su mujer, superpreocupada por él, como si fuera el guía o un esperto en el viaje, siempre me preguntaba la distancia y los grados de inclinación de todos los caminos de la Tierra Santa.


Afortunadamente, ni los metros eran muchos ni la pendiente existía. Íbamos al lado. Tabga es un bello lugar donde se venera la multiplicación de los panes y los peces. Samar nos explicó el relato y me mandó buscarlo en la Biblia para leerlo. Comprendí que desde el primer día hasta el último, la Bíblia tendría que ir en mi pequeña mochila, junto a una botellita de agua y el cuaderno de notas.




Samar nos habló de la Peregrina Egeria y de cómo escribe en su diario de viaje, escrito hace muchos años, ese paraje, en el que aparecen descritos unas fuentes que dan nombre al lugar. Tabga viene del nombre de El Tabigah, traducción árabe del griego Heptápegon, que significa la siete fuentes.




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