lunes, 29 de noviembre de 2010

La montaña siempre es un lugar de encuentro y de relación entre la Tierra y el Cielo; es el lugar para la experiencia religiosa y para el diálogo con Dios. No es extraño que Jesús, tan humano con los hombres quiera tener ese momento de divinidad para hablar con su Padre.

Aunque en el presente diario veáis muchas fotos de pose con las cuales ilustrar mis palabras, me gustaría que el lector también tenga la dicha de sentirse invitado a la experiencia religiosa. El pose es un recuerdo, la experiencia se guarda en el alma y dificilmente se podrá transmitir.

Vemos el interior de la Basílica de la Transfiguración en su nave central y bajando una escaleras, como si de una bonita cueva se tratara. Y a ambos lados, nada más entrar, podemos ver dos capillas dedicadas a Moisés y a Elías.



1 comentario:

Anónimo dijo...
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