miércoles, 4 de julio de 2007

Manoli, la Farahona.

Vino del pueblo para comerse Madrid y si bien no le van a poner ningún monumento en la calle Alcalá bien se lo merece, aunque solo sea una pequeña placa en el bajo de su portería. Muchos la conocen por su nombre y por su simpatía; es de las que te dan el monedero por debajo para que pagues como un hombre y te dejes invitar por una amiga. Las calles del barrio Salamanca están llenas de nuestras confidencias. Como mujer del pueblo tiene una larga experiencia, curtida por la responsabilidad de su trabajo. Como casada y madre sabe lo que es sacar una familia hacia adelante y que no falte de nada ni en la mesa ni en el frigorífico. Manoli no es de las que se quedan con los brazos cruzados, la puedes ver fotografiada con Esperanza Aguirre, con Manzano, con Gallardón, con Alejandro Sanz, o con la Reina. Sí, he dicho bien, con la Reina., El año pasado su foto fue vista por toda España ya que su atrevimiento, porque no la come la vergüenza, le llevó a estar junto a S.M. la Reina, Doña Sofía, en la inauguración de la Feria del Libro de Madrid. Y mira que ella no ha tenido en la vida mucho tiempo para leer. Ella sabe estar, sabe pedir, sabe mirar. A su san Antonio del alma no le falta su vela y la limosna se la gasta en aquellos que lleva en su corazón. Es larga la amistad con esta mujer; desde los campamentos de Dueñas donde sus hijos eran unos mocosos muy graciosos, a los años en los que mi destino en Madrid hizo que aterrizara en su pequeño hogar como uno más, o como dos, para comer. Mira atrás y mira hacia adelante, sobre todo en la imagen de su nieto que como sea como ella el mundo se quedará chico cuando empiece a andar. Como se ve en la foto, ella me está hospitalando su casa, como siempre. Fue muy gracioso, el día que vino a verme a La Puebla de Montalbán y vio el comedor de los frailes se encaró con la Sagrada Cena y le imploró al Señor que no era justo que unos tuvieran tanto y ella tan como, pues el refectorio era más grande que toda su vivienda. Así es mi amiga, Manoli. La farahona, como la llamamos en plan cariñoso. Si tienes un problema ves a verla en la calle Alcalá que irá contigo a la oficina que haga falta para reivindicar justicia, pan y paz para quien lo necesite. Manoli, ¿cómo eres?

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