miércoles, 19 de diciembre de 2007

Página 2


Estoy acostumbrado a que los muchachos repitan mis explicaciones o que me hablen con las palabras del libro. No es que pretenda que se sepan de memoria los nombre de los pastorcitos del Portal de Belén ni que me indiquen el lugar exacto donde Jesús comunicó sus parábolas. Uno no sabe que repercusión habrá tenido la clase de hoy ni lo que les aportará en sus vidas. Es el misterio de la vida y el abono de la educación los que irán mostrando la belleza interna de estos chicos. Yo mismo, ayer me emocionaba y me aplaudía cuando, después de una semana de espera, veía publicada, colgada en el ciberespacio, una historia mía.
Desde hace unos domingos estoy enganchado al televisor y no es por cuestiones deportivas. Muchos ya sabéis que todo lo que me gusta lo doy a conocer en mis clases, en mis "Buenos días", en mis homilías o en este sencillo cuaderno. Y es que me gusta mucho el programa cultural sobre libros que hay en la cadena 2 de Televisión que se llama Página 2. Tanto me gusta que he intentado participar, dejar mi impronta. Cuando el otro día preguntaban a una Profesora de Literatura qué trucos tenía para transmitir el gusto por la lectura. Me imagino que recodáis muchos el informe que desde el Ministerio de Educación se nos decía que los jóvenes tienen un nivel muy bajo de comprensión de lo que leen. Pues bien, esta Profesora decía que para incentivar la lectura hacía leer en clase los relatos que los chavales escribían en clase. Página 2 tiene un concurso de Microrelatos que varía, de vez en cuando, con el fin de que participen los telespectadores.
El concurso consiste en escribir una breve historia que no supere las cien palabras donde aparezca el término acordado. Esta vez el término el "libro". Seguido por la curiosidad que rastrea la capacidad de mis Chicos he hecho un concurso de microrelatos en cada curso del Colegio, variando en cada uno de ellos el término; en uno "religiones", en otros "Biblia", en otros "Iglesia",... Osea, variando un poco para no aburrirme. Y os confieso que me he llevado una grata sorpresa.
Si grato fue ver mi relato colgado en esta página, más grato ver, sentir, comprobar y escuchar los sentimientos, opiniones y las palabras que mis Chicos expresaban en cien palabras. Como os decía. Estoy acostumbrado a oírles repetir lo que yo quiero. Pero no estoy preparado para escuchar la belleza de sus palabras, pensamientos, sentimientos y emociones. Y me gustaría prepararme para dejar salir, crecer y madurar al próximo Nobel de Literatura, al próximo Cervantes, al próximo Fernando de Rojas que está junto a mi.

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