domingo, 19 de septiembre de 2010

Una oportunidad perdida.

Tras el último y gran mazazo de los fuegos artificiales, de ese espectáculo e pirotecnia, los alcarreños se dispersaron por las diversas avenidas de Guadalajara. Unos momentos antes las peñas se habían vuelto a congregar en el Palacio del Infantado para cantar, junto a su Alcalde, el pobre de mí de ésto, las Fiestas y Ferias de Guadalajara, se han terminado. No eran las doce de la noche y me negaba a meterme en casa. Me despedí de la cuadrilla que este año, como si fuera una peña más, me ha acogido y entretenido este año; solo me faltó acompañarles en los toros. Y tras el adiós hice mis cosas en casa y nuevamente me eché a la calle.
Impresionante. En unos minutos no había nadie en la calle, en unos instantes Guadalajara recuperaba su imagen nocturna y solitaria que le caracteriza. Callejeando bajo las luces de colores hacía mi reflexión. Creo que hemos perdido una gran oportunidad. La Quedada Naranjita que ilusionaba a los jóvenes a primeros de julio la considero un fracaso. ¿Qué hemos hecho? o ¿Qué estamos haciendo mal? Se habían ideado una camisetas que publicitaran la acogida, la necesidad de acoger a los Jóvenes que vengan a nuestra diócesis, Siguenza-Guadalajara, los días previos a ese gran acontecimiento que esperamos que sea la Jornada Mundial de la Juventud del año que viene en Madrid. Se había pensado en una gran presencia en estos días de fiestas y ferias, pancartas, lonas, camisetas, camiones,... Por pensar no quedó. La realidad nos fue frenando, y yo creo que tranquilizando. Al final, la gran Quedada Naranjita ha quedado reducida a la presencia de un reducido grupo de personas que el pasado domingo, doce de septiembre, quedó para ver juntos el Desfile de Carrozas. Si quitamos de ese grupo frailes, esposas, maridos y niños nos queda un reducidísimo número de jóvenes que se echó ese día a la calle con la naranjita.
Y queríamos quedar, pero ni los móviles ni el facebook ha funcionado. Los naranjitas, si han salido a la calle, han sido independientes en su presencia. Por allí está fulanito. Por allí está menganito. Y si lo veías te encontrabas con él y no llevaba la camiseta naranja. Y no digamos las peñas que nos han robado a los mejores jóvenes de la pastoral.
Creo que urge hacer una reflexión. Si no hemos sido capaces de quedar en algo que apalabramos al comienzo del verano necesitamos saber en qué hemos fallado, que impedimentos han surgido y en qué no nos podemos comprometer. Y si a nuestros mejores jóvenes, lo vuelvo a decir, nos los secuestran las peñas, tendremos que averiguar qué tiene una peña que engatusa a nuestros portavoces juveniles, los descomprometen de sus ideas y los hacen uno más de sus filas y colores, y seguidores no les falta.
Anoche Guadalajara volvía a ser la misma. Pasados quince minutos de las doce de la noche las luces de colores se apagaban. Las Fiestas y Ferias del 2010 terminaban. Creo que hemos perdido una gran oportunidad de anunciarnos y anunciar a los Jóvenes la Jornada Mundial de la Juventud. Lo escribía en mi facebook. Muchos, muchísimos jóvenes han invadido las calles, plazas, parques y recintos de Guadalajara en unos días de convivencia y tolerancia en los que las peñas se han caracterizado por su sentido de hermandad que por la rivalidad que puedan tener entre ellas. Hubiera bastado una pasada con nuestras camisetas por estos lugares juveniles para hacerles ver que hay otro tipo de peñas, de grupos, de jóvenes. Pero si el encargado pregunta quién se encarga,mal asunto. Tenía un frailes, que aún vive, gracias a Dios, que tras los rezos y el desayuno se bajaba a la calle con el santo hábito y, en la gran avenida en la que vivía, no muy lejos de aquí, daba los buenos días y los saludos mañaneros a todo el que pasaba por su acera. Lo llamaba "evangelización cósmica", pues él decía que no sabía a quién se encontraría en la mañana.
Hemos perdido esa evangelización cósmica de anunciar a los Jóvenes la Jornada Mundial de la Juventud. Los Jóvenes han desaparecido, han vuelto a sus escondites y hasta las Ferias del año que viene no saldrán. Nos justificamos con el anuncio parroquial, pero en nuestras parroquias no hay jóvenes, seamos sinceros. Y si aparece alguno lo espantamos con nuestros sermones.
Me salva, nos salva, que estas cosas no son fruto del trabajo de los hombres, que como yo se frustran ante los fracasos, los despechos y las falsas apariencias. Estas cosas son de Espíritu que sobra, que quema, que abrasa, que seduce, que habla, que canta, que anuncia. En Él deposito, en esta nublada y triste mañana, toda mi confianza, pues los humanos, visto que no quieren ver lo que no quieren ver, ni poner a revisar la Quedada Naranjita.

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