El último día de las Ferias y Fiestas de Guadalajara la ciudad tuvo la visita de unos personajes especiales. No sé como calificarles: modelos, actores, trabajadores de la quietud. No sé cómo llamarles, pero ahí estaban. Guadalajara en su calle Mayor se vio invadida de estas Esculturas Humanas, hombres y mujeres totalmente maquillados, o pintados, como esas esculturas que podemos encontrar en nuestros paseos, parques o plazas. Algunos, como agradecimiento a esa moneda que das, hacen unos aspavientos que asustan al donante y si se trata de un niño el detalle viene ofrecido con una sonrisa plateada, casi inhumana.
Plantado delante de ellos, como queriendo adivinar de qué personaje se trata, la mirada se lanza más adentro y me pregunto quién es, y más aun, qué hace que uno, en pleno domingo y sin la ropa adecuada, tenga las manos manchadas, la cara manchada y el traje manchado y sin decir nada, sin mirar a nadie, sin respirar, esté todo tieso todo el día. ¿Será que les gusta el teatro y tiene miedo a actuar?
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