domingo, 2 de noviembre de 2008

La última lección


Hace unos días llovió mucho, demasiado. El cielo encapotado parecía viciarse con verter agua en La Puebla y casi nos inunda el patio del recreo de nuestro colegio. Como contrapartida al día anterior, que hizo hasta calor, me coloqué el pantalón del pijama, una camiseta vieja, ajustada, y me metí en la cama a dormir la siesta; quince, veinte minutos, no más. Después, en la cama también, me puse a leer. La tarde no era para menos: el pijama, la lluvia, el libro, solo faltaba un poco de música, un viejo disco de Sting. Después de más de una hora de lectura tuve que ponerme el chándal, protegerme con un chubasquero y con el mp3 salí a andar bajo la espesa lluvia. Necesitaba sentirme vivo. Necesitaba hablar conmigo mismo. Necesitaba hablar con Dios.
El libro que tengo entre mis manos es muy bueno, de esos que no se pueden dejar y, mucho menos, regalar. Un hombre de cuarenta y siete años se despide de la vida, de su esposa, de sus hijos, de sus amigos, de sus alumnos, en La última lección. Randy Paush, después de muchas sesiones de quimioterapia para luchar contra un cáncer sabe que su vida está limitada a un tiempo de seis meses y decide que su última conferencia, su última lección, sea un recuerdo para sus tres hijos pequeños todavía.
¿Qué me hace único? ¿Qué es lo que solo yo puedo ofrecer? No podemos cambiar las cartas que nos reparten, pero sí como jugamos nuestra mano, dice el autor, que falleció el pasado 25 de julio. Cada día, comenta, hay algo que nos recuerda por qué merece la pena vivir. Lo que nos hace únicos, lo que nos diferencia, los que aportamos a los demás son nuestros sueños. Si somos capaces de vivir nuestros sueños podemos sentirnos afortunados. Por eso, Randy Pausch tituló su última conferencia con Alcanzar de verdad los sueños de la infancia.
Creo que este libro lo debes de leer.

1 comentario:

cristinasauq dijo...

Hola! La verdad es que no sé como ha logrado superar sus últimos meses de vida. ¡Ha sido muy valiente! Si fuésemos todos más positivos, nos enfrentaríamos a la vida de una manera más positiva. En una página encontré una iniciativa que me pareció muy atractiva en www.cadenadeoptimismo.org. ¡Dónde se nota positivismo!