domingo, 9 de noviembre de 2008

Devuélveme el rosario de mi madre


Fue una amiga la que llamó mi atención sobre una colección de rosarios que hay en el mercado. En concreto fue uno, de carácter misionero que tenía a la Madre Teresa de Calcuta como referencia. Desde hace unas semanas vengo observando los fascículos y las piezas coleccionables.
Me llamó la curiosidad un rosario que recibe el nombre de corona franciscana. No la desconocía, de hecho, muchos miércoles se ha rezado en nuestro convento la corona basada en motivos de alegría de la Virgen María. Me extrañaba que fuese conocido fuera de los muros seráficos. No dudé en comprar una y mandársela a mi madre. Claro está, ya le llamaría para advertirla que el rosario no consta de cinco misterios como los normales, sino de siete.
El martes le llegó y ante mi advertencia mi madre me contó una cosa que le ocurrió hace unos años. Ella tenía un rosario muy bonito de gran valor. Yo creo que será de gran valor afectivo porque mi familia es pobre y lujos ha habido pocos en su andadura. Mi madre dice que tenía un misterio desgastado. Había conseguido varios elementos y quería cambiarlos para que no se rompiera más. Por mi pueblo pasó un hombre de esos que hace chapuzas a domicilio y, por hache o por lo que sea, el tema del rosario salio y el hombre le dijo que conocía a una persona muy piadosa y religiosa, sabedora de estas cosas, y que se lo podía arreglar. Mi madre deseosa de ver el rosario de su madre en buenas condiciones se lo confió. Paso el tiempo y mi madre empezó a desesperar. El tiempo pasaba y ya cantaba la canción de María Dolores Pradera, Devuélveme el rosario de mi madre. Como un milagro el hombre apareció un día por el pueblo, con el rosario, claro. Pero la sorpresa de mi madre fue mayúscula cuando vio que lo que había hecho el técnico religioso, en vez de sanar lo que estaba mal, las nuevas piezas las había unido al rosario. Mi madre tenía ahora un rosario de seis misterios. ¿Con que esa persona era piadosa y religiosa y sabía de estas cosas?
No me extraña que ahora mi madre esté contenta pues tiene un rosario, de cinco misterios, como toda la vida; tiene un rosario de siete alegrías franciscanas; y tiene un rosario de seis misterios, pieza única y misteriosa, que le dejó su madre, mi abuela, la cual me enseñó a rezar. Desde estos días la canción de la Señora Pradera tiene un gran significado para mí.

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