jueves, 12 de marzo de 2009

VaG,dn ACRÓPOLIS


Mirando las fotografías de la Acrópolis tengo la sensación, puede que por defecto profesional, de esta subiendo en estaciones. Amalia lo dejó bien claro, somos peregrinos en la tierra de los dioses. Cada dos pasos unas piedras y una explicación. Como ermitaños en camino del oráculo de la verdad.
La palabra Acrópolis vine de AKRO POLI, y significa “sobre la ciudad”. Muchas ciudades griegas tienen la suya, pero no tan hermosa como la de Atenas. Estoy de acuerdo cuando dice Amalia que la Acrópolis, coronada por las esbeltas columnas del Partenón, es una de las más bellas construcciones que el hombre ha realizado.

Sabemos, aunque nos resulte extraño, que los edificios de la Acrópolis fueron concebidos por Pericles con vivos colores, con estatuas de bronce o de mármol revestidos de oro y piedras preciosas. Para llegar al recinto santo hay que atravesar los Propileos, entrada, puerta monumental que forma parte del conjunto del templo, que constaba de una nave central y dos menores a los lados, colocados a un nivel inferior. El pórtico principal tenía seis imponentes dobles columnas dóricas en el exterior y jónicas por dentro.

Amalia hace varios comentarios a cómo Grecia agradece a los benefactores, como Lord Elgin, antiguo embajador británico ante el gobierno otomano, que pudo rescatar algunos mármoles pues los turcos usaban los materiales de la Acrópolis para otras construcciones. Pudo salvar algunas piedras y esculturas, aunque terminó vendiéndolas al British Museum de Londres en 1816. Los sueños de los griegos, especialmente los trabajos diplomáticos de Melina Mercouri e Irene Papas, es que regresen los mármoles y se expongan en el Nuevo Museo de la Acrópolis. El tiempo dirá.


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