martes, 17 de marzo de 2009

VaG, dn El Carnaval



Las Cariátides fueron testigos de nuestra reunión. Nos habían dicho que todos los museos cerraban a las dos y teníamos que aprovechar el tiempo si queríamos ver algo. Dicho y hecho. Juan siguió a Antonio Juanes y Antonio Juanes salió como una bala disparado a comerse Atenas, casi sin inmutarse que dejábamos a nuestras espaldas una parte importante de historia.
Me volví para hacer una foto al olivo del Erecteion y me separé mucho del grupo.
Me volví para hacer la última foto al Partenón y me costaba ver las espaldas rojas de Javi, que era el mas alto del grupo, que bajaban los Propileos.
Me paré, porque me tenía que parar, porque el cuerpo no se aguanta, y aun sabiendo que perdería al grupo, y entré a los limpios y curiosos servicios de la Acrópolis.
Cuando salí ya estaba todo perdido, por más que miraba entre los olivos no veía a nadie del grupo. Os podéis imaginar que pasaría por la cabeza de algunos al ver que Gregorio se había perdido en el templo. Por más que llamaba por el móvil no nos enterábamos pues la cabalgata de Carnaval, con un ruido estridente, atravesaba en ese momento las calles Apostolou Pavlou y Dionysiou Areopagitou. Ante la pena de la incomunicación me puse a bailar la música carnavelesca. Había que ser griego con los griegos y vivir el momento. En una parada de la cabalgata la música bajó su alto volumen y nos pudimos entender. Había sido encontrado.

No hay comentarios: