sábado, 21 de marzo de 2009

VaG, dn Misa dominical


Tomo las fotos de la página de Sebastian donde ha colgado más de mil fotos de este apasionante viaje por tierras griegas. Al terminar el segundo día, y dando gracias a Dios porque la nieve no se ha helado, hemos llegado a Kalambaka. Es de noche, no se aprecia nada de lo que nos ha contado Aníbal. No noto la energía del terreno, salvo mucho frío, mucho frío. Tengo miedo de escurrirme pisando la nieve. Nada más llegar y bajar las maletas nos damos cuenta de que falta una, la de Ángel, mi compañero de habitación. Por la mañana la habíamos dejado juntas, conforme ha desaparecido la suya, la mía podría haber corrido la misma suerte. Llaman a Atenas, está en el Hotel President. Nadie sabe por qué no estaba con el resto de maletas. Será el misterio del viaje. Decidimos celebrar la Eucaristía, Sebastian venía preparado con un maletín para las ocasiones. Sin ser mísera ni miserable, la mayoría del grupo nos juntamos en un rincón del Hotel Antoniadis de Kalambaka, para celebrar la misa dominical. Todavía resonaban en mi interior las palabras de San Pablo en el Ágora.

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