Tengo que reconocer que presté poca atención a Amalia. Escuché sus explicaciones pero mis ojos y mi cuerpo daban vueltas sobre mí mismo. Miraba el cielo agradecido. Miraba el suelo y sentía el deseo de descalzarme. Miraba las piedras y oía en mi interior una voz que me decía miles de años te contemplan, miles de años te contemplan, miles de años te contemplan. Qué poca cosa que es el hombre y qué grande la Historia de la Humanidad. Para volverse loco.
El Partenón es un templo que está en lo más alto de la Acrópolis y su nombre viene a significar templo de la virgen, en este caso Atenea, la diosa de la sabiduría. En su interior había una estatua de la diosa de doce metros de alto. Aunque tenemos la sensación de perfección, hoy es bien sabido que el Partenón no tiene ninguna línea recta, los escalones y las columnas levemente ensanchadas crean una aparente simetría. Desde hace unos años el templo ha sido rodeado con una cuerda para evitar que los visitantes deterioren el mármol. No sabía que los turcos habían construido una mezquita en el Partenón.
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