me dio amigos para gustar
el Teatro.
Comentario personal, a estilo de un diario, de la vida, experiencia y reflexión de Gregorio que comenzó en La Puebla de Montalbán y continúa en Guadalajara donde vive y trabaja.
¡Ay mísero de mí...!

Era la hora del café. Estaba cansado y lo necesitaba. La sorpresa fue que callejeando nos encontramos con el Café dedicado a Melina Mercouri. Se lo dije al grupo pensando que quedaría con ellos en otra calle o en un comercio. Pero no. Me gustó el detalle de sentirme acompañado en tan digna casa, en tan digna cafetería. Ahora que lo escribo flipo con lo que ha supuesto esta mujer en este viaje. Qué rico café. Qué linda cafetería. Qué estupendo ambiente. Melina Mercouri vive, ahora tengo que buscar sus películas.
Amanece. No doy crédito a todas las experiencias vividas. Aquello que parecía un regreso se convierte en una odisea. He llamado este relato, mi diario de viaje, Viaje a Grecia, de nuevo, y creo que la segunda parte me sobra, porque he visto una ciudad distinta a la que vi hace diez años. He visto a los griegos más modernos, como más europeos, mucho más limpia la ciudad, más cuidada, más vigilada, más controlada, también más cara. Miro por la ventana del Hotel y doy gracias por estos intensos días: por volver a la ciudad de los dioses y de los héroes; por encontrarme con Melina y su espíritu vivo en la ciudad; por la energía recibida en Meteora, tanto religiosa, cultural y socialmente se nota; por la hospitalidad de los griegos; por ese negro que me quería vender un bolso por veinte euros y estuvo a punto de convencerme; por Aníbal, por el grupo de Shhh..., que nos hizo cómplices de una noche de juerga; por ...
Y el lunes también tuvo su noche. Salimos a cenar. Fuimos por el mismo barrio, por Monastiraki, pero no cenamos bien. Tengo que decir que si bien pude probar la dichosa musaka, yo creo que la recalentaron del día anterior pues tardaron mucho en servir y vi entrar un plato tapado con la misma forma que el que pusieron después en mi mesa. Lo que descubrí en este viaje, y me ha gustado mucho, es el queso para untar. Después nos fuimos a dormir, no sin antes tomarnos un caldo caliente, un café con licor. Buenas noches, Atenas. Estoy destrozado.
Tengo muchos amigos que se dedican al turismo en Toledo. Me gustaría que esos turistas que caen en sus manos se llevaran el sabor grato de su persona, como Aníbal, el guía que tuvimos en el viaje por Grecia, dejó en mí. Un tío listo, simpático, comunicador, divertido, para nada aburrido, y, sobre todo, servicial. Gracias, Aníbal. De mayor quiero ser como tú.