lunes, 25 de junio de 2007

Fin de Curso en Talavera

El sábado pasado, invitado por los sobrinos de un amigo, estuve en Talavera en el Festival de Fin de Curso de un Colegio de Religiosas. He de reconocer que me cansé un poco ya que el Festival se hizo eterno. Yo, como buen periodista con libreta en mano, no paré de tomar nota de todas las actuaciones que los niños, especialmente mis amiguitos, representaron en el escenario. Hay que decir, describir, más bien, ese ambiente pijo que pude observar, respirar y percibir. Pero eso eran los papás. Lo que me gustaría describir es la buena y suelta actuación de muchos niños que ataviados por trajes de diversas zonas del mundo trataron de lanzar un grito a la paz. Había un lema, una pancarta que invitaba a todos a buscar la paz. De hecho, la primera actuación fue una danza étnica que buscaba dar respuesta a cada invitación que tenemos cada día para ser constructores de paz. Es verdad que yo soy más bien partidario de que saliese la Madre superiora a rezar un padrenuestro. Pero hay que dar paso a nuevas ideas, creativas y lúdicas, que muestren el poderío de los alumnos. Me encantaron los pequeños; los africanos, los chinos, los... Todos. Eso sí, salí de sevillanas un poco harto. En mi bloc de notas di por terminado el Festival con la sevillana del besito, y todavía tuve que aguantar unas tantas más. Yo tenía que haber hecho como las dos jóvenes que presentaron el Festival que después de hablar bien de los diversos grupos y de invitar a todos los papás a reflexionar por la paz cambiaron el uniforme de presentación por unos mantones y minifaldas y tras la presentación se fueron a la calle. Así podría conocer la marcha talaverana

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