miércoles, 13 de junio de 2007

Corpus Christi. ¡Que llega el Esposo!

Abrid las puertas que llega el Esposo. Emocionadas, como unas adolescentes, las Monjas Concepcionistas Franciscanas recibieron con cánticos a Jesús Sacramentado. Todo el pueblo que procesaba entró junto a ellas y se unió a su canto, y escuchó con agrado la poesía inspirada en la custodia sagrada. Con ellas estábamos ya todos. Y todos con Jesús. El canto era perfecto, todos unidos formando un solo cuerpo que en la pascua nació. Ellas son la luz de La Puebla que en la noche iluminan con su oración. Ellas son la sal de La Puebla,la gracia, la ilusión, el sueño, la tradición, las sacerdotisas evangélicas, las veteranas de una memoria salvífica, el rostro de la verdadera felicidad. Sencillas, pobres y en silencio viven su enclaustramiento como un profundo trabajo hacia los demás. Y en la clausura el silencio se hace súplica por la paz del mundo, por la fraternidad universal, por el bien de la Iglesia. Corpus Christi, la fiesta de la Iglesia, la Comunidad de comunidades.








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