martes, 3 de agosto de 2010

Te quiero, Benidorm.

Me he levantado muy tarde. También me fui a la cama muy tarde. De una forma muy incómoda estuve escribiendo en el Blog desde la Plaza de la Villa, con estado WIFI, hasta bien pasada la una de la madrugada.
A la hora de levantarme días anteriores estaba en la playa mediterránea, aunque más que arena lo que me acompañan son grandes peñiscos. Pero estar rodeado de los cuatro elementos; mar, sol, piedra y aire me hacen sentirme muy bien.

Por la tarde es la hora de la piscina y de nadar un poco. Como uno no está acostumbrado termino muy cansado y tengo que salir un rato a descansar, a leer, a estar tumbado simplemente. Lo malo es que el propio edificio de los apartamentos donde resido hace sombra a la piscina. Es muy difícil ponerse moreno en las tardes.


Por la noche, un película en los cines de la calle Almendros, un café para comentar el día y un largo paseo para saborear la grata visión lunar en Poniente. Benidorm, te quiero.





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