miércoles, 26 de mayo de 2010

El Padre Benjamín Bustamante.

Me alegra encontrarme con estas fotografías en el archivo fotográfico de Semillas del Arte y reconocer el rostro del Padre Benjamín Bustamante. En estos días en los que la revista Crónica quiere dedicarle unas páginas me gustaría unirme a ellos y unir mis palabras agradecidas a una persona que me ayudó mucho en los comienzos por las tierras de los melocotones dulces.
Desde las tierras de la Alcarria se os ve crecer mucho y muy rápido. Eso es bueno, aunque tiene sus consecuencias, ya que muchas veces avanzamos tanto que cuesta digerir el camino andado y la falta de madurez puede impedir la solidez deseada. Mis compañeros de enseñanza se sorprende las muchas iniciativas culturales que un pueblo castellano manchego ofrece en el campo social. Espero que todo llegue a buen puerto y las aguas no desborden el cauce del Tajo. Por eso, desde una mirada retrospectiva, no puedo dejar de ver los primeros pasos dados por el Padre Benjamín y la falta de medios para hacerse con su sencilla batuta embajador de La Puebla de Montalbán y hacer de Semillas del Arte el mejor rostro del pueblo de La Celestina.

Hubo un Provincial que confió en mí y a vuestras tierras me mandó. Qué difícil era la tarea y qué complicado el medio. Pero desde el primer día, como el que revela un secreto, el Padre Benjamín me mostró su apoyo y me ofreció su ayuda y la de los suyos.



El Padre Benjamín me enseñó a gustar vuestro pueblo, La Puebla de Montalbán, a querer a sus gentes y a amar su cultura. Sin su ejemplo y testimonio no hubiera sido capaz de adentrarme tanto entre vosotros, llegando en muchos hogares a meterme en lo más profundo de vuestras cuevas. Todavía me siento un Tristán que llora la caída precipitada del pobre Calixto, de lo enamorado que estoy de vuestro pueblo.


Muchas veces mi mirada lo seguía en los andares por las calles de vuestro pueblo. Un hombre tan pequeño, pero tan grande. Un hombre culto y sabio. Un hombre bueno y sencillo que yo conocí en una dura conversación política y que el tiempo me mostró que su fuerte personalidad se esfumaba con los achaques de la vida. Y ahí estaba, por ahí andaba, y ahí quería estar, en su pueblo, no en su pueblo natal, que tantas estrellas ha dado, sino en su puebla natal, en La Puebla de Montalbán. Creo que un día, y no muy lejano, si pudiera ser, los pueblanos deberían proclamarlo Hijo Adoptivo de La Puebla, ya no tanto por lo que fue, que fue mucho, ya no tanto por lo que hizo, que fue mucho, sino más bien, por lo que sentía. Y así lo transmitió en sus escritos y partituras, en sus palabras y en sus músicas, en su vida y en su muerte. Que el espíritu del Padre Benjamín no se apague y siga vivo en todas las promesas y semillas del arte y la cultura que tiene La Puebla de Montalbán.
Desde Guadalajara un fuerte saludos a la buena gente de La Puebla.





1 comentario:

JoseLuis1776 dijo...

La verdad es que el Padre Benjamin,fuè una buena persona,a mi me dió música en el Convento,es una de esas personas que cuando se va,se la extraña.Recuerdo aún la clase de música,que estaba cerca del salón de actos.Que època más....