El sábado 29 de mayo, a las nueve de la mañana, llegó Darío con tres kilos de vida y un corazón muy grande, lleno de ilusiones y aventuras.Bienvenido, Darío.
Comentario personal, a estilo de un diario, de la vida, experiencia y reflexión de Gregorio que comenzó en La Puebla de Montalbán y continúa en Guadalajara donde vive y trabaja.
Me alegra encontrarme con estas fotografías en el archivo fotográfico de Semillas del Arte y reconocer el rostro del Padre Benjamín Bustamante. En estos días en los que la revista Crónica quiere dedicarle unas páginas me gustaría unirme a ellos y unir mis palabras agradecidas a una persona que me ayudó mucho en los comienzos por las tierras de los melocotones dulces.
Desde las tierras de la Alcarria se os ve crecer mucho y muy rápido. Eso es bueno, aunque tiene sus consecuencias, ya que muchas veces avanzamos tanto que cuesta digerir el camino andado y la falta de madurez puede impedir la solidez deseada. Mis compañeros de enseñanza se sorprende las muchas iniciativas culturales que un pueblo castellano manchego ofrece en el campo social. Espero que todo llegue a buen puerto y las aguas no desborden el cauce del Tajo. Por eso, desde una mirada retrospectiva, no puedo dejar de ver los primeros pasos dados por el Padre Benjamín y la falta de medios para hacerse con su sencilla batuta embajador de La Puebla de Montalbán y hacer de Semillas del Arte el mejor rostro del pueblo de La Celestina.
Hubo un Provincial que confió en mí y a vuestras tierras me mandó. Qué difícil era la tarea y qué complicado el medio. Pero desde el primer día, como el que revela un secreto, el Padre Benjamín me mostró su apoyo y me ofreció su ayuda y la de los suyos.
Muchas veces mi mirada lo seguía en los andares por las calles de vuestro pueblo. Un hombre tan pequeño, pero tan grande. Un hombre culto y sabio. Un hombre bueno y sencillo que yo conocí en una dura conversación política y que el tiempo me mostró que su fuerte personalidad se esfumaba con los achaques de la vida. Y ahí estaba, por ahí andaba, y ahí quería estar, en su pueblo, no en su pueblo natal, que tantas estrellas ha dado, sino en su puebla natal, en La Puebla de Montalbán. Creo que un día, y no muy lejano, si pudiera ser, los pueblanos deberían proclamarlo Hijo Adoptivo de La Puebla, ya no tanto por lo que fue, que fue mucho, ya no tanto por lo que hizo, que fue mucho, sino más bien, por lo que sentía. Y así lo transmitió en sus escritos y partituras, en sus palabras y en sus músicas, en su vida y en su muerte. Que el espíritu del Padre Benjamín no se apague y siga vivo en todas las promesas y semillas del arte y la cultura que tiene La Puebla de Montalbán.
Dicen que es de buen nacido ser agradecido. En el día de hoy quisiera mostrarle ese agradecimiento a Noe.Gracias, Noe.
No sabes lo importantes y significativas que son tus palabras en estos días para mi. No quiero recrearme en tus palabras sino en ese trabajo trabajo que tenemos juntos: animar a los jóvenes guadalajareños a participar en la Jornada Mundial de la Juventud en año que viene. Ánimo y muchas gracias.
Creo que la próxima vez cuando pise un bar se pensará más de dos veces lo que comenta y cómo lo comenta. Me estoy refiriendo a un caso que me pasó ayer en el Bar-Cafetería-Restaurante que hay en pleno centro del Parque de la Concordia. Como es costumbre mía, suelo preparar la homilía el domingo por la mañana, tranquilamente tomando un café, observando a los alcarreños que pasan desde sus grandes cristaleras. Ayer no fue una excepción. Estoy en ello, en el café y en la lectura de un libro sobre sermones, cuando entran un grupo, cuatro, tres hombres y una mujer, y sentándose en una mesa cercana, se pusieron a hablar. Qué decir que eran fotógrafos, solo había que ver las cámaras fotográficas que llevaban.
En esto que, dado por las imágenes de la motos que se veían en un televisor, las música que se escuchaba en el local y la gente que había, el tono de la charla entre ellos era fuerte. Fuerte hasta tal punto que perfectamente me enteraba de todo lo que decían. Era inevitable. Y claro, cuando la chica dijo lo que dijo, no dudé en volverme, y sin querer entrar en la conversación, defender mis derechos.
Me llamo Gregorio, como mi padre, como mi bisabuelo y seguramente como alguien más de mi árbol genealógico. Me gusta como suena, tiene un poco de música. Y me gusta lo que significa, centinela. Si tueviera un hijo no dudaría en llamarle Gregorio. Un fraile hizo en su día un comentario sobre mí y, desde entonces, es algo que lo tengo añadido al significado de mi nombre. Gregorio suena a artista.
Anoche me pasé toda la Vigilia de Pentecostés mirando a un cristo resucitado que había en la capilla donde rezábamos el grupo de los creyentes de Guadalajara. La celebración fue en la iglesia del Santísimo Sacramento y, lamentablemente, éramos pocos, no sé si pasábamos de sesenta; y eso que había muchos sacerdotes y religiosas. A Jesús le seguía mucha gente, muchas personas, sin contar mujeres y niños; quita aquí a los curas y a las monjas, ¿qué queda?
"Estoy mirando un cristo precioso, parece que está vivo. Es un cristo resucitado, un cristo joven, de treinta y tres años. Lo miro y me siento vivo con él. Lo dejo de mirar y me siento viejo, mayor. Tiene un cuerpo joven. Tiene unos pies joven. Tiene un rostro joven. Tiene un peinado corto y la perilla le hace muy atractivo. Es joven. Jesús es joven. Y yo, en esta noche me siento mayor y aburrido.
El tiene treinta y tres años, podría ser un papá joven. Yo, con cuarenta y cuatro, bien podría ser abuelo. Lo miro y no me canso de mirarle, porque mirándole me siento más fuerte, más joven, más hombre.
Deseo el Espíritu Santo. Esta noche, más que otras noches, y eso que la noche es mía, deseo la presencia, sentir, notar el Espíritu Santo. ¿Por qué?
Tal vez aquí esté también el espíritu de Jesús, pero lo veo atrapado en protagonismo, en soberbias, en destacar. Qué grande ha de ser nuestra reflexión dentro en la Iglesia, dentro de nuestras iglesias, de nuestras comunidades, de nuestros grupos. Si no tenemos el Espíritu de Jesús. Si no sentimos el Espíritu de Jesús, y encima andamos sin complejos, nuestra luz no iluminará a nadie porque nadie nos necesitará.
No sé si Germán quería matar un fraile, pero esa mañana casi lo consigue. Tras aceptar la invitación a ir a comer a su Instituto, donde ejerce como profesor de cocina, empecé a poner peros cuando me dijo la hora, cuando me comentó cómo iba a ser la exhibición gastronómica, y más, cuando me colocaría en la mesa un profesor, compañero suyo. El Instituto-Comedor se iba a abrir de dos y media a tres, la comida iba a ser al estilo buffet. Miedo me daba, suelo comer por y con los ojos; ese día me pondría las botas. Y así, entre dudas, acepté la invitación.
Ya me iba a ir. Estaba que me moría. El reloj estaba apunto de marcar las tres y las puertas aún seguían cerradas. Miré varias veces el móvil no con intención de llamar por teléfono y sí por poner un mensaje: "Lo siento, no me puedo quedar". Hambre y sueño es una tragedia en mis sentimientos. Más cuando soy consciente que una de las invitadas al banquete es la Presidenta de la Diputación de Guadalajara, rostro que reconozco de verlo en las portadas de los periódicos locales. Me muero también de miedo.
Enseguida me presentan al profesor y a su novia con los cuales voy a disfrutar de los lindo de los ricos manjares que los chicos de mi amigo Germán han preparado como fin de curso. El profesor es joven, su novia guapa. Menos mal, también les gusta hablar. Parece que la mesa ya está servida y podemos empezar bien.
Todo un éxito. Todo exquisito. Mi amiga Ma. de clase B les daría un beso a todos. Mi amigo de Ca. de clase A les aplaudiría finamente y les diría que todo eso es un buen comienzo para una larga carrera.
Y todos los locos alcarreños se han venido aquí, al patio de mi casa que es particular. El Jardinillo, una plazoleta modesta, ha acogido los gritos, las lágrimas, los abrazos, los brazos alzados y cruzados de una afición que sabe sufrir, que sabe llorar, que sabe resignarse. Pero que esta noche sabe cantar, sabe reír, sabe emocionarse. La verdad es que desconocía a mi vecino, el dios Neptuno, el hijo de Saturno y Ops, el hermano de Júpiter. Espero que desde ahora sienta la inspiración de los mares para escribir. En el Jardinillo, como un dios arrinconado, está Neptuno, que esta noche ha visto su grandeza y se ha identificado con la bufanda rojiblanca.

Hace unos días me llamó Almudena para invitarme a la presentación de su nuevo libro. Su gato había inspirado nuevas páginas llenas de belleza, poesía y relato, donde ella, como escritora, se volvía a realizar. En las presentaciones anteriores, donde cantaba al amor con tiernas poesías o miraba a las estrellas con la inocencia de una niño, su amistad me hizo estar muy cerca de ella en estos partos. Hoy, con la lejanía que dan las tierras alcarreñas, quiero acercarme de nuevo a mi amiga Almudena María Puebla y felicitarla por su nuevo trabajo. La conocí por su simpática gallina. La vuelvo a sentir cerca por su gato morado. Aunque siempre ha sido una mujer cercana, sencilla, simpática y comprometida.
Queridos Niños del Colegio Franciscano
Quisiera, al llegar estas fechas, unirme a vuestro nerviosismo e ilusión. Todavía recuerdo vuestros rostros y el nombre de muchos de vosotros. Por eso, como empezastéis en vuestra preparación conmigo, me veo obligado a dirigiros una palabras, llenas de cariño, que os anime a vivir ese día intensamente con los sentimientos que se merece.
Dad gracias a Dios por vuestra vida, por vuestra maravillosa vida, por haber nacido en ese maravilloso pueblo que se llama La Puebla de Montalbán, donde he intentado poner mi granito, cultural y religiosamente, como hizo un fraile antes que yo, para el bien de vuestra gente. Dad gracias por vuestras catequistas que a lo largo de estos dos años han madurado con vosotros el camino de la fe. Dad gracias por vuestros padres, ellos os han dado la vida, ellos os están dando una educación y ahora comparten con vosotros la confianza en Jesús.
Espero que estos años de preparación hayan servido para algo más que participar en la ceremonia que estáis preparando de vuestra Primera Comunión. No salgáis corriendo de nuestras iglesias ahora que públicamente habéis manifestado que queréis vivir vuestra fe cerca de Jesús. La catequesis no han sido unas clases particulares para aprobar mejor la asignatura de Religión. Aunque ayuda a conocer nuestra Religión, las catequesis son un proceso de maduración en la fe que ha de ser confirmada con vuestra mayoría de edad. No traicionéis el espíritu que os ha acercado a Jesús de Nazaret: Aquel hombre que pasó por el mundo haciendo el bien, curando a los enfermos, dando de comer a los hambrientos, socorriendo a los pobres y marginados; y no solo con palabras. Hoy, mas que nunca, Jesús necesita de vosotros para acercarse a los niños y niñas que viven las consecuencias de esta enorme crisis que estamos viviendo todos. Que vuestro gozo sea también gozo de los pobres y de los que no tienen nada.
Me uno a la alegría de vuestros padres, muchos de ellos conocidos, y muy conocidos. No dejéis de ser padres. Aunque os ganéis la confianza de vuestros hijos, no dejéis de ser padres. Dejad que crezcan y pedid que crezcan. Depositáis vuestra confianza en nuestro Colegio Franciscano porque sabéis que la educación no es otra cosa que sacar de ellos lo mejor que tienen cada uno. Ellos son vuestros hijos, un regalo que Dios hizo en vuestras vidas; ojala podáis verlos como el fruto de vuestros amor. Tratad de ser felices y buscad la felicidad cada día de vuestra vida. Junto a vuestros hijos vivid el reto del amor.

Querida María Elena.
El pasado viernes, ¡¡¡ Mamááá!!!, estuvo en Guadalajara y tampoco se murió. La divertida comedia de Jordi Sánchez y Pep Antón Gómez hizo de las suyas en el Teatro Moderno de la Capital Alcarreña, pues el magnífico talento de Carlos Castillo y Terele Pávez se notó en el escenario desde que uno entra en el recinto de este arte. Con un escenario sin telón que abra o cierre la obra, desde el primer instante uno se me inmenso en esta tragicomedia donde el dinero se convierte en el protagonista de esta historia.
Carlos y Terele midieron su éxito escénico por los tres largos minutos de aplausos que recogieron de los guadalajareños. La verdad es que fueron muy intensos y sentidos. El público alcarreño disfruta del teatro porque sabe de teatro. Yo tengo otra forma de medir las ceremonias: primero por la cantidad, el aforo fue grande, saltó de la mitad, que para estos tiempos es mucho; pero, lo que más me llamó la atención es que entre el público había muchos jóvenes que no llegaban a los veinte años. Eso sí que es un éxito. Que el teatro atraiga a los jóvenes eso sí que es un éxito y una forma de decir que esta obra, ¡¡¡Mamááá!!! llama la atención de nuestra juventud.