lunes, 22 de marzo de 2010

¡¡¡Mamáááá!!!

Cuanto me alegro que se haya abierto el telón para Mamáááá, y más en Valladolid, ciudad refinada y elegante. Cuanto me alegro al sentir que las súplicas en una fría y nevada mañana de invierno hayan supuesto un sueño realidad, una ilusión alegre y feliz, un esfuerzo agradecido por esa mierda que acarrea el teatro. Mis felicitaciones a La Recua, a Pep Antón y Jordi Sánchez. Pero sobre todo a las tablas de Carles Castillo y a Terele Pávez.
¿Quién tiene ganas de morirse? Yo no, por supuesto, quiero comerme el mundo aunque tenga que comenzar por la provincia de Guadalajara. Y tampoco quiero que se muera mi madre, ¡por Dios! Que me dure muchos años, por lo menos que pueda ver algún triunfo de su hijo y no desastres y depresiones. Y tampoco quiero que se muera Terele, la Terele Pávez, la de los Santos Inocentes, la de tantos que intentan superarse.
Te quiero, Terele.
Te quiero, Maria Elena.
Un beso desde la Alcarria y mucha mierda, como siempre.

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