martes, 9 de septiembre de 2008

Como un guión de cine


Mirando torres de libros en un edificio lleno de libros me llamó la atención uno sólo. “Cómo se escribe un guión de cine”. El libro se las trae, como una aguja en el pajar el libro llamó mi atención al mostrar un tema de interés. Desde que grabamos con MELOCOTON, FILM, Un día en La Puebla, he tenido la tentación de escribir en un cuaderno una historia que recoja en pocos minutos una anécdota graciosa para compartirla con los amigos o una lección de vida de esas que calan y te hacen llorar al ver lo extraordinario que es el ser humano.
El libro tiene tres partes. La primera muestra las dificultades que varios guionistas tienen para rellenar el folio en blanco, dando unos trucos para superar esa tensión, casi todos se van a dormir un rato. La segunda analiza unos guiones de series conocidas y de gran éxito, para quien las conozca y les guste. Y la tercera es un largo comentario a este genero escriturístico que ahora goza de gran fama.
No me compré el libro. Y no fue porque fuese caro, que no llegaba a los quince euros. No me lo compré porque casi me lo leí allí mismo. Sentado en una escalera pequeña de biblioteca, mientras otros buscaban otros misterios, la vida misma, por una tarde, se hacía guión de cine.
Ya me veía durmiendo cualquier siesta en busca de la inspiración.
Ya me veía escribiendo como un loco una nueva serie, al salir o dentro de clase, porque un colegio está lleno de escenas.
Ya me veía con mi próxima cámara de vídeo, que pediré a los Reyes Magos, para seguir grabando escenas pueblanas.
Ya me veía…
Es martes, 09 de septiembre de 2008. Grabando.

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