lunes, 25 de febrero de 2008

Envolver La Puebla con el sabor de La Celestina


Nada más terminar la última edición del Festival Celestina abrí un cuaderno de pastas verdes en el que escribí propuestas para la próxima edición, opiniones mías y de los que me rodean, evaluación de todos los acontecimientos de cada día. El cuaderno tiene varias hojas escritas que presenté a aquellas personas responsables de este magno acontecimiento al final del calor estival.
Aquella idea de ver en la repisa de cada familia de La Puebla de Montalbán un ejemplar de La Celestina se hizo pronto realidad. Aquel sueño de homenajear a Fernando de Rojas con un Museo para su obra cumple en estos días aniversario. Y así, viendo como los turistas que llegaban este verano buscaban a La Celestina por nuestras calles, se me ocurrió la idea de envolver nuestro pueblo con el sabor literario de este libro.
Valladolid tiene la Ruta del Hereje, recordando la obra de Miguel Delibes. El Toboso, mientras se llega a la Casa de la bella Dulcinea, podemos leer por sus calles las reflexiones del hidalgo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes. Pensé que había que sacar a La Celestina del Museo y hacerla recorrer nuestras calles mientras buscamos huertas y palacios, cuevas y jardines, calles y capillas que nos hagan reconocer el legado literario que hemos heredado.
Me siento muy contento de ver cómo La Celestina ha comenzado a andar, gazpacheando nuestro pueblo, con ese deseo cultural de hacernos más orgullosos de nuestras costumbres, tradiciones e hitos históricos y literarios. La idea fue mía, pero el mérito es Vuestro.

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