domingo, 3 de febrero de 2008

En FITUR y sin foto



Por mas vueltas que le doy a la cabeza no doy crédito a lo que me ha pasado en FITUR. Todos lo sabían.
Desde que vi la foto en la que varios compañeros del reparto de La Celestina, de Fernando de Rojas representada por la compañía de Teatro La Recua, aparecian junto a su Alcaldesa en la Plaza Mayor de Castilla la Mancha en FITUR les he mostrado mi envidia, mis ganas de estar allí. Se lo he dicho a la Alcaldesa. Se lo he dicho al Concejal de Cultura y a su secretaria. Se lo he dicho a los actores y a todos los de la compañía. Qué suerte. Qué envidia estar allí y hacerse la foto. Y todos me han dicho lo mismo: "Tranquilo, Gregorio, que el domingo estarás allí". Y el domingo estaba allí, en FITUR, en el Pabellón 7 representando y promocionando a La Puebla de Montalbán.
Y así, conforme pide mi guión y el cuerpo me lo permite, allí estaba vestido de soldado del Santo Tribunal de la Inquisición. En esta ocasión, el palio y demás parafernalias las dejamos en casa, que nuestra actuación es solo de lucir y figurar. En la Plaza mayor de Castilla la Mancha en FITUR, con mis mejores galas y mi mejor espada, estaba tan orgulloso de guardar las espaldas al Señor Obispo mientras impartía su bendición a las gentes por las calles manchegas de FITUR. Guardando la compostura, mirando a diestro y siniestro mientras los compañeros representan lo mejor de la obra teatral disfruto del placer de estar aquí, allí, en FITUR. Mis amigos dicen que esta Feria está hecha para mi por su inmensidad, por sus bolsas y papeles, y porque en pocos metros recorres mucho espacio. Embelesado en sus ideales siento que el momento final se acerca, ya está llorando el padre de Melibea y tras la actuación final de los pillos llegará el momento deseado de esa foto. Cuando, entre el ruido de la Plaza, el Señor Obispo empieza a marearse. No me lo podía creer. Tanto deseaba esa foto que en el momento de la pose me tenía que ausentar para llevar al fresco al mitrado. Y sin foto me quedé.
Mi orgullo por lo suelos, humillado en el deseo, resentido en el actuar. Eso sí, nunca un papel tuvo tanta responsabilidad fuera del escenario. Tal vez por eso, los dioses de FITUR me permitieron ver a muchos amigos por la Feria, amores en muchos puertos y muchos deseos de viajar. Ahora, en el silencio de mi celda, me rio de mi suerte y de mi ridícula foto.

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