lunes, 11 de octubre de 2010

Un hombre sencillo, humilde y modesto.

Te agradezco, Emilio, que antes de escribir esta entrada ya me hayas dado tu visto bueno hacia estos hombres.

Hace unos días, en una de las Eucaristías que tengo con los alumnos del Colegio Maristas, los chicos habían dibujado tres violetas. Siempre las he visto como anagrama, pero no me había preocupado por su significado. Aprovechando que en una de las misas participó Aniceto, y con ganas de hacerle participar, le pregunté a uno de los muchachos si sabía lo que significaba. Muchos levantaron la mano y las manos, pero me dirigí a Aniceto y me sacó de dudas.

Las tres violetas tienen un bello significado. Primero, por ser violeta, por ser una planta pequeña, casi insignificante, pero cargada de perfume. Y cada una de ellas quiere poner de relieve una virtud que Champagnat veía que podía ser vivida y personalizada a imagen de María, la Madre de Jesucristo. Las tres violetas quieren significar sencillez, humildad y modestia.

Corren tiempos difíciles y complicados. Estos días, analizando nuestra sociedad y queriendo poner de relieve estas tres virtudes, he pensado mucho en qué personajes podría poner como ejemplo de estas tres virtudes. Me vienen a la memoria muchos hombre y mujeres que vivieron con entusiasmo el evangelio de Jesús de Nazaret, pero ponerlos de modelo para los alumnos es como hablar del año maricastañas. He pensado mucho y he pedido consejo para mostraros a tres personas que los jóvenes conozcan y que en ellos se encarnen estas virtudes para mostrarlos como valores a los alumnos. Es difícil, muy difícil, encontrar en nuestra sociedad consumista hombres y mujeres que sean sencillos, humildes y modestos. Sobre todo modestos, palabra que está muy en desuso. Pero estoy convencido de que son estos valores, estas virtudes, estas personas, las que hacen que nuestra sociedad avance hacia una humanidad más humana y fraterna. La sencillez y la humildad nos hacen crecer como personas, y la modestia nos hace conscientes de que no estamos solos en este empeño de mejorar, de que juntos construimos un mundo, un proyecto, un futuro donde el sol ilumina a todos por igual y donde el esfuerzo de todos es recompensado por la satisfacción de sentir que hemos colaborado en algo muy importante.



Me cuesta, Emilio, poner como ejemplo que este es un hombre sencillo, por ejemplo, Miguel Delibes, que este otro, el salmantino Del Bosque, es un hombre humilde, o que, nuestro querido Iñesta, es un hombre que encarna la modestia. Es muy difícil delimitar estas virtudes y separarlos como valores, pues ambos son hombres sencillos, humildes y modestos. Me gustaría, Emilio, que tanto tú, como todos tus compañeros, entre tantos libros que lleváis todos los días en la mochila también tengáis, como pretensión personal, que para eso estudias en un colegio Marista, ser un hombre sencillo, humilde y modesto, que descontento con el mundo que ves aspiras a transformarlo en uno mucho mejor. Ánimo.








1 comentario:

emilio dijo...

Veo que se te han quedado bien los valores Maristas (las 3 violetas, que no son 3 florecillas)

Como es que hicisteis tan pocas camisetas de la JMJ, en Santiago queríamos algunas de mi talla y no había.