martes, 1 de enero de 2008

Feliz 2008

Con la gracia literaria del Grupo de Teatro "La Recua" hemos dado la bienvenida al año 2008. Por segundo año nos hemos juntado en la plaza para tomar las uvas y pasar las primeras horas del año nuevo. Este año la retransmisión de las Campanadas no ha estado a cargo de Ramón García y Ana Obregón, como la vez anterior, sino que han sido los grandes personajes de la literatura española los que han dado, y nunca mejor dicho, las Campanadas en la Plaza Mayor de La Puebla de Montalbán; Don Quijote y Sancho Panza, la Celestina y Don Juan. Tres personajes muy distintos, que ven la vida desde intereses diferentes, pero que se han encarnado en La Plaza de La Puebla de Montalbán para brindar por la paz, el amor y el buen diálogo. Don Quijote, con campana en mano, fue dando los toques sin cuartos, que no había tiempo. Don Juan, con gesto galante, compartió la mitad de sus uvas, con Don Quijote, que fue metiendo en su boca después de cantar los repiques pares. Y es que Don Juan es mucho Don Juan, más ante un público que había multiplicado por cinco la asistencia del año anterior, y mostraba la belleza rumana como espejo de encuentro.
Ha comenzado 2008 con la recogida de deseos, propósitos e ilusiones por parte de la Celestina que lanzó, en un conjuro, al espacio con el deseo de que muchos de ellos se cumplirán si ponemos de nuestra parte. No podemos quedarnos mirando al cielo, en este año nuevo, como en todo empeño, si no pones parte de ti no vamos a ninguna parte. Y en el 2008 me gustaría ir a muchos sitios.
Feliz 2008.

2 comentarios:

aim dijo...

Hola, Gregorio:
Yo también deseo para ti un año venturoso y cargado de mercedes.
Te agradezco, de verdad y sinceramente, que –con un nuevo artículo- te dignaras contestar el comentario que yo había escrito anteriormente en tu “blog”.
Respecto de aquel comentario quiero decirte dos cosas, a saber: la primera es que en ningún momento yo pretendí –excusado es aclararlo, pero lo hago- ni cimentar tu fe, ni –al contrario- mucho menos erosionarla. Simplemente expresé unas simples reflexiones que, faltaría más, no pretendo que se tengan por ciertas e incontestables. Respeto a quien tiene fe y, también, a quien no la tiene: son dos formas diferentes de sentir o de entender el mundo o la vida, sin que, en mi opinión, pueda la una entenderse más respetable que la otra; la segunda cosa es que el comentario no lo hice de manera anónima, ni con nombre ficticio: cierto es que no lo firmé con todas las letras de mi nombre de pila (Adolfo), pues quizás mi nombre no te dijera nada y no serviría para que me identificaras; pero lo firmé con las iniciales de mi nombre y apellidos verdaderos, que es evidente que tampoco sirvieron para que me conocieras; por ello, para no resultarte un “desconocido”, te digo ahora, para que me identifiques a la perfección, que yo soy aquella persona que este verano, en el Museo de la Celestina, le preguntó al conferenciante por qué se suicidó Melibea y qué significado tenía ese suicidio. ¿Me conoces ahora, verdad? Bien, pues yo soy ése, ése mismo que, cuando se cruza contigo en la calle, te saluda o responde a tu saludo.
Un abrazo, Gregorio

quero dijo...

Hola Goyo,
No sé si sabes quiénes somos. Te doy pistas: C/Empedrada...¿Aún no nos conoces? ¿Más pistas? ¡Valeeeee! Tienes un sobrino, ¿verdaaaaad?, Su mama es rubia. ¡Venga! Te gusta mucho bailar en fiestas de pueblo y lo haces, francamente, bieeeeeeen. jajaja

¡Feliz año 2008 Goyo!

Raquel y Shahin