sábado, 18 de diciembre de 2010



Callejeando por Nazaret.

En un principio las calles vestidas de otoño parecen sacadas de la novela de las Mil y una noche. Pero enseguida uno queda sorprendido por la preciosa cúpula de la Basílica de Nazaret. Uno siente que el Ángel del Señor está cerca y que una buena noticia se nos va a comunicar.

Hay que advertir desde esta pequeña guía a Tierra Santa que en este Santuario, como en otros, se pide una cierta decencia en el vestir a la hora de entrar en los Santos Lugares. Algunos peregrinos tuvieron que conseguir unos pareos para ocultar las piernas, hombros o espaldas.


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