domingo, 5 de diciembre de 2010

Llamó mi atención, y eso es algo que debo de preguntar a un especialista, por qué a la salida de la iglesia de Caná a mano izquierda está esta piedra, como meteorito caído del cielo, e incluso sin ninguna persona andando por este trozo de calle. Como si fuera una señal de tráfico que indicase prohibición de paso.


Se nota que fuimos madrugadores. A la salida nos encontramos en sus estrechas calles un gran tumulto de peregrinos que, desde diversos lugares de mundo, buscaban lo mismo que nosotros.


Tras la ceremonia religiosa de la Renovación de los Votos Matrimoniales tomamos el autobús para ir al lugar donde celebraríamos el banquete. Eso sí, esta vez con el mejor vino, el que se cosecha desde el corazón.

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