"Sigue así, quiero mirarte, yo te he mirado mucho, pero no eras para mí, ahora eres para mí, no te acerques, te lo ruego, quédate donde estás, tenemos una noche para nosotros, y yo quiero mirarte, nunca te he visto así, tu cuerpo para mí, tu piel, cierra los ojos, y acaríciate, te lo ruego."
Esta página podría ser el centro de la novela de Alessandro Baricco o de la película de Francois Girard, Seda, Silk, donde se nos cuenta la historia de Herve Joncour, un joven francés de finales de siglo XIX, que abandona la carrera militar por una nueva empresa que surge l y que le acarreará tener que viajar mucho, ausentándose grandes temporadas de Lavilledieu, su pueblo natal, y de Héléne, su mujer. Hervé se dedicará a la seda y su cometido es conseguir gran cantidad de huevos de gusanos de seda de gran calidad. Llegará a Japón donde vivirá un romance muy especial que le perseguirá toda su vida.
Como soy partidario de los libros pequeños y sabrosos, y de las películas de amor, creo que puede ser un acierto si decides leer esta novel de Baricco, sus palabras sencillas te llevará de un sitio a otro y tendrás la posibilidad de viajar por el mundo entero entre sus cortas páginas escritas. Si decides ver la película de Girard, los jóvenes protagonistas te harán sentir el peso del amor, la pasión y el deseo.
"Lo que era para nosotros, lo hemos hecho, y vos lo sabéis. Creedme: lo hemos hecho para siempre. Preservad vuestra vida resguardada de mí. Y no dudéis un instante, si fuese útil para vuestra felicidad, en olvidar a esta mujer que ahora os dice, sin añoranza, adiós."
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