miércoles, 28 de abril de 2010

105 años

Tiene 105 años y es religiosa de las Adoratrices. Es una abuela para las jóvenes, es una abuela para las mayores y es una abuela para las abuelas. La he conocido estos días que he estado dando Ejercicios Espirituales a la Comunidad de Mayores que tienen en Guadalajara. Un día vino su sobrina. Qué gracia. Os podéis imaginar cómo son los rebrotes de un arbusto centenario. Pues bien, cuando se despedía de la sobrina dijo con mucho sentimiento algo así:
"Hija, que pena, quién vendrá a verme cuando tú hayas muerto".
Sobran las palabras para hablar de la vitalidad que tiene la religiosa. Es lo más parecido que he visto que se asemeje a la vida eterna; no solo vivir, y vivir muchos años, sino además las ganas que sigue teniendo por vivir.
Pero claro, hay algo en los genes que la paran. Si bien disfruta del gazpacho con locura hay algo que la lleva hacia el más allá. Sus compañeras dicen que tiene sueños preciosos donde muestra ese deseo inconsciente de marchar hacia ese umbral de luz, pues alguna noche ha soñado con su madre que desde el cielo le decía: "Hija, ¿cuánto tardas en venir?
Que bonito es soñar y compartir los sueños. Que bonito es vivir y vivir intensamente. Mientras esperamos ese día y esa hora, disfrutemos de las cosas sencillas y de todo lo que tenemos a nuestro alrededor, pues es un regalo de Dios.
105 años. Nada más y nada menos.

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