miércoles, 15 de julio de 2009

Oviedo.

Ayer por la tarde nos acercamos en tren a Oviedo. La verdad es que está muy cerca y el viaje, tan verde, se convierte en una tranquila conversación. Es curioso, os podría hablar de la vieja catedral, de su museo y tesoro catedralicio, de su San Pedro de Alcántara. Os podría hablar de su preciosas calles, llenas de esculturas negras que abarrotan la ciudad. Os podría hablar de un parque que es tan verde que produce frío atravesarlo.
Pero no, si tuviera que hablar lo haría de esa gaviota, de esa .... gaviota que nos puso perdios, sobre todo a mi amigo. Tuvimos que buscar refugio en los servicios de una Biblioteca pública para limpiarnos, asearnos y observar cómo la ropa ya estaba quemada con esos excrementos.
La gente en Gijón es muy elegante, y creo que más clase tiene la de Oviedo, pero no sé cómo no van con un paraguas protector para evitar lluvias ácidas. Desde ahora miraré más al cielo, por si acaso.

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