martes, 21 de abril de 2009

Violengia de g 2


Me llama mi amigo, el Doctor Marín, para hacerme un comentario a mi anterior escrito. No pensé que una persona tan buena e inteligente, médico pediatra, y dada su edad, pudiera comentarme algo sobre el asunto de la violencia de género. Que pudiera hacerlo, pero como que no va con él, de la bondad que se desprende de sus palabras. Pues bien. Las palabras de Marín no son suyas, ni los acontecimientos fueron de ayer. Son de su padre, q.p.d, que también era médico.
Un día por el Madrid de entonces, el padre de mi amigo, se encontró a un hombre pegando en plena calle a una mujer embarazada, como hombre, pero más como médico, era consciente de la gravedad para la mujer y para el niño que engendraba. Sin dudarlo intervino. Trató de parar al hombre violento y con buenas palabras le quiso explicar lo perjudicial para el niño. A lo que la buena señora, que más que buena era tonta, le respondió a doctor qué quién era él para decirle algo a ese hombre, que era su marido y si la quería pegar la pegaba, que si la quería matar que la matase, si la quería ... Ese hombre es mi marido y punto.
El médico tomó su maletín y proseguió su camino buscando enfermos que se quisieran salvar.
Don Jesús, ¡como está el mundo!

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