sábado, 31 de enero de 2009

Paloma, la Blanca Paloma.




Lo primero. Paloma es mi amiga, una buena amiga, porque es buena persona y a ella me une más de lo que se ve. Y punto. Pero lo vuelvo a decir. Paloma es mi amiga. Desde aquí, desde estos cuadernos cibernéticos, desde mi Blog, te mando muchos besos y esa energía afectiva que todos necesitamos cuando guardamos el duelo afectivo de la traición. Ánimo.
Hecho este saludo especial a Paloma, quisiera, con el permiso de ella, que yo sé que me lo da, recomendaros su Blog. Tras pasar mucho tiempo respondiendo, refutando, aconsejando, correspondiendo a mis Buenos días, me alegro mucho que mi amiga Paloma haya decidido abrir su propio Blog, La Blanca Paloma. Tiene nombre de copla, de terraza cercana a la Puerta del Sol. Su nombre, como la copla, suena a palabra, a poesía, a libertad. Muchos la conocéis, es mujer comprometida, con ideales y grandes sueños. Tomar café con ella es como viajar, un día te habla de Marruecos, otro de la India, otro de Rumanía. Me siento afortunado de tomar café con ella y poder hablar. Es lo que quiero compartir con vosotros; el aroma del café y la reflexión de una social conversación. Es muy fácil. Toma nota y apunta. Mejor, grábala en favoritos. Cada día, la Blanca Paloma, te enriquecerá.
Besos, Blanca Paloma.
Besos, Paloma.


1 comentario:

Paloma dijo...

Gracias Gregorio.
Tus palabras saben al dulce aroma del mar. Son esas palabras que uno siempre sueña con poder escucharlas de alguien cercano, de alguien que como bien digo en mi blog, comparte el camino de mi vida aunque sea a ratitos.
Bien sabes que la idea del blog, fué gracias a ti, y te estoy agradecida de poder expresarme cada día a través de unas líneas, como siempre hice, solo que ahora comparto con todos vosotros, y donde cada uno de vosotros me dais vuestra opinión. A veces para corroborar y otras (las menos) para contradecir. Así cada día enriquezco mi vida, con vuestros conocimientos, con vuestros comentarios, comprobando día a día que aunque a veces uno se siente solo, realmente no lo está.
En todo ese espectro cotidiano, hay un aroma que todo lo invade: EL AROMA DE LA AMISTAD.
Paloma