jueves, 18 de febrero de 2010

ESTHER CORDERO. Pregonera de la Semana Santa Pueblana 2010.

Quiero felicitar a la Junta de Hermandades y Cofradías por la designación de Esther Cordero como Pregonera de la Semana Santa Pueblana 2010. Es un honor que comparto con ella y un reto que más de una noche le quitará el sueño.
Alguien ha dicho que Esther Cordero es como mi hermana, y dicho comentario no anda mal encaminado. La amistad con Esther bien podría remontarse a mis primeros días por La Puebla de Montalbán. Nos conocimos en unas clases de informática y, desde entonces nuestra amistad ha ido creciendo en fraternidad. Pertenece a una sencilla familia donde el orgullo franciscano se palpa con la humildad cristiana. Con ella he compartido muchas ilusiones y esperanzas, con ella emprendí quijotescas aventuras culturales y, con ella, la fe compartida se ha ido transformando en una fuerte pasión por su pueblo, La Puebla de Montalbán.
Como digo, es un honor ser designado Pregonero de Semana Santa, significa que hay algo en uno que identifica e induce a anunciar el Evangelio. Esther Cordero tiene mucho que decir, pues no solo es una chica de su tiempo enamorada de su pueblo, sino que es una mujer joven que vive intensamente su vocación cristiana y bien claramente deja traslucir el espíritu franciscano que rezuma su familia en varias generaciones. Hoy, más que en otros tiempos, necesitamos en la Iglesia que los jóvenes nos dirijan la palabra, que nos interpelen para saber por qué no conectamos con ellos. A Jesús le seguía mucha gente, y eran jóvenes como él, treintaiñeros maduros y responsables que buscaban la verdad. Hoy nuestras iglesias están vacías de jóvenes y su voz se echa en falta. De ahí nace mi felicitación a la Junta de Hermandades y Cofradías de La Puebla de Montalbán por elegir a una joven mujer como Pregonera.
Y es un reto. Es un honor, pero es un reto que más de una noche pasará en vilo. No tanto por el qué decir, que siempre tendrá inspiración divina, sino por la humildad de haber sido designada. ¿Por qué yo? ¿Por qué a mí? Y mirará a su alrededor y verá otros jóvenes, otras mujeres, otras personas más dignas de ocupar el púlpito de la palabra. Es entonces cuando estamos preparados para hablar, pues vemos en los demás lo bueno y grande de su ser cristiano. Eso sí, una vez aceptado el reto se te va a pedir más, pero creo que estás sobradamente preparada.
La Cuaresma ha comenzado. Suerte.
Un beso.

1 comentario:

Esther dijo...

Muchas gracias por tus palabras, sabes que para mí eres un hermano, el hermano que no tengo, por eso las siento más directamente, y con la lejanía todo se acentúa más.
No solo es un reto para mí ser pregonera este año, también es una responsabilidad y algo muy importante para mí, asique espero estar a la altura que las personas que me han elegido han esperado al pensar en mí.
Un beso,
Esther.