martes, 9 de febrero de 2010

Gracias.

Lo siento por Elena, pero me gustaría arrancar egoistamente un trocito de esa tarta que las Hermanas y Amigas de Espinosa le han preparado para celebrar su cumpleaños. Veintiocho años y estás bien. Así de claro lo has dicho varias veces esta tarde. Felicidades, muchas felicidades. Necesitamos muchas Elenas como tú. Sé feliz, muy feliz. Te lo mereces, aunque mis pobres palabras escasamente tengan profundidad o relación. Hoy, en el secreto de mi corazón, yo celebro que llevo por estas calles, por estos parques y entre esta nueva gente, seis meses dando vueltas tratando de ir recto. Hace seis meses, medio año, que llegué a la Alcarria en medio de una tormenta oscura y espantosa, y la maleta se me rompió nada más pisar la frontera del ferrocarril. ¡Qué difíciles son los comienzos! ¡Qué pánico da el futuro incierto! Por eso, querida Elena, he firmado la tarjeta de amistad, de algo que comienza. Y me quedo con ese pedazo de dulce en el que estaba escrito.
"Yo sé bien lo que he vivido, yo sé bien por qué has llorado.
Yo sé bien lo que has sufrido, pues de tu lado no me he ido."

Cuando lo cantaba, Laura, con esa dulce voz, se me ponía la piel tierna y relajada.

Felicidades, Elena.


No hay comentarios: