jueves, 10 de julio de 2008

Antonio Orozco



El pasado viernes, 4 de julio, pasó por La Puebla de Montalbán el hombre de los tres corazones, Antonio Orozco. Y la palabra "pasar" creo que es clave para entender lo que ocurrió en el Campo Municipal de Fútbol. Creo que a este artista, La Puebla de Montalbán va a quedar marcada en su carrera artística, pues pocas veces un hombre de tal carisma se sincera con su público y pide perdón. Es la calidad humana de ciertos hombres que con palabras, poesía y sinceridad saben subir el entusiasmo de su público, de su pobre público. Por eso, y es mi segunda parte de la reflexión, no sé si La Puebla de Montalbán es consciente de que por su tierra ha pasado esta voz. Creo que éramos más los que el otro día veíamos malamente en la Plaza la final de la Eurocopa que los que nos deleitábamos escuchando la voz ronca de Antonio Orozco. Cosas de la vida, cosas de los artistas, cosas del mundo de la farándula. Me gustó el concierto, aunque reconozco que por su tono de voz, su acento andaluz y estar cerca de los altavoces, algo se me perdía de sus letras. Las pocas canciones que conocía de él sonaron al final; un final muy largo con generosa propina. En el fondo residía en mi su grito: Devuelveme la vida.

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