Si bien los antiguos griegos creían que Delfos era el ombligo del mundo, si es cierto que la fuerza que se siente en este lugar incita a ver el resto de las cosas desde otra perspectiva. Es un lugar santo, la geografía, la naturaleza, los cipreses, todo en Delfos ayuda a conocerse mejor. No se si será el consejo de Pitia, o de Apolo, pero en el fondo del corazón, como un gran secreto, lo guardaré.
sábado, 21 de marzo de 2009
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