
Sí que dormí la siesta, estaba hecho polvo de la ajetreada mañana. Si lo pensaba bien, todavía no había terminado el primer día y ya, haciendo la foto del hotel donde estaba nuestra ubicación griega, inauguraba la segunda memoria fotográfica a las ocho de la tarde hora a la que comienza la fiesta cultural a la que hemos sido citados. Porque hay que decir que de noche todos los gatos son pardos, más bien, en
Grecia, en
Atenas, todos los perros son pardos. Nos arreglamos bien, comienza la fiesta. Nos
abrigamos bien, hace mucho
frío. Nos vamos a cenar.
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