Como prueba maratoniana al final de la mañana, la calle Eolou y 28 th Oktovriou fueron nuestras oistas atléticas para llegar a tan bello y magnífico fin, el Museo Arqueológico Nacional. Me gustó ver, al cruzar con las calles Stadiou y Panepistimiou la plaza Omonia, lugar donde se encontraba el hotel donde hace diez años me hospedé y que todavía recuerdo.En el Museo Arqueológico se encuentra la mayor colección de arte griego del mundo. Una remodelación ha puesto el museo al día y ha reabierto al público el piso superior, cerrado desde el terremoto de 1999. Curioso, a los pocos días de estar. Lo mejor es la colección escultórica del interior. Es impresionante Poseidón, las sonrisas arcaicas, los tesoros de las tumbas de Micenas, la máscara de oro de Argamenón. Como muy bien dicen en los libros guías, es un museo a la belleza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario